AMIA:

18 Julio 2025, Santiago de Chile

La herida abierta

Eduardo Guerra, Abogado, Universidad de Chile.

Quienes han participado en el acto del atentado de la AMIA, se conmueven con la masividad de la convocatoria. La multitud suele impedir acercarse a Pasteur 633, donde se ubicaba el edificio aquella mañana de lunes 18 de julio de 1994. Las medidas de seguridad para resguardar a quienes asisten también llaman la atención. ¿Alguien sería capaz de atentar contra quienes conmemoran un ataque que a la fecha sigue impune? 

Si entendemos que la AMIA es quizás uno de los tantos hitos de una cruel guerra terrorista iniciada contra el pueblo judío desde la Revolución Islámica de 1979, lo anterior no nos sorprenda. No podemos olvidar que dos años antes fue la Embajada de Israel en Buenos Aires el primer objetivo de aquellos que importaron el terrorismo antijudío en nuestro continente. 

Una de las personas asesinadas esa mañana fue Susana Wolinski de Kreiman Z.L, quien era responsable de la Bolsa de Trabajo de la AMIA. Un número considerable de víctimas -judíos y no- se encontraba en ese lugar intentando conseguir empleo. Resulta paradójico cómo el ejercicio de uno de los roles fundamentales de las comunidades judías, esto es, prestar apoyo tanto a sus miembros como aquellos que no lo son que atraviesan dificultades, haya resultado “provechoso” para los terroristas que solo deseaban matar la mayor cantidad de judíos posibles.

Treinta y un años después, los familiares de las 85 víctimas aún no encuentran la verdad ni la justicia. Tras tres juicios, un juez y dos fiscales destituidos, el fiscal Nisman asesinado y presidentes de la nación vecina procesados, aún no hay justicia ni verdad. Las acusaciones de encubrimiento e inexcusables negligencias, la conexión local, la denominada pista siria y la imputación contra Irán que genera más consenso, lo único claro es la responsabilidad del Estado Argentino en la impunidad. A estas alturas, el hecho que el máximo tribunal trasandino haya catalogado la causa AMIA como “la más compleja de la historia judicial argentina” resuena como una triste excusa.

Los que serían responsables siguen conspirando. Ahmed Vahidi, un alto funcionario del régimen iraní, es señalado como uno de los culpables del atentado. Irán tiene una milicia creada para atentar contra blancos alrededor del mundo, la Fuerza Quds. La amenaza nuclear iraní, aunque sufrió un revés, sigue latente. Extrañas cosas ocurren en el continente. La embajada iraní en Bolivia tendría 600 diplomáticos acreditados ¿Para qué tantos?

La reciente decisión de la justicia argentina de iniciar el juicio in abstentia contra ciudadanos libaneses e iraníes implicados es una medida simbólica, considerando la aparente imposibilidad de hacer cumplir las eventuales condenas. Tampoco es esperable que dicho juicio resuelva las preguntas que a la fecha no han tenido respuesta. 

En palabras de Diana Wassner, esposa de Andrés Malamud, quien murió en el atentado: “El 18 de julio es un día imposible porque es el recordatorio más terrible de que no sabemos nada, de que solo tenemos preguntas y la certeza de que se ha hecho todo lo contrario a lo que había que hacer para encontrar a los responsables del asesinato de nuestros familiares y amigos” La herida de AMIA seguirá abierta.

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    Oliver Hart, Premio Nobel de Economía

    Oliver Simon D’Arcy Hart nació en Londres el 9 de octubre de 1948; sus padres fueron Philip D’Arcy Hart, un influyente investigador médico de Gran Bretaña, y Ruth Mayer, ginecóloga. Su padre era un importante miembro de la familia noble judía Montagu (el bisabuelo de Oliver fue Samuel Montagu, Barón de Swaythling), y su madre también era judía. ​Está casado con la escritora Rita B. Goldberg, profesora de literatura de Harvard y autora de un libro de memorias de la segunda generación del Holocausto titulado “Motherland: Growing Up With the Holocaust”. Tienen dos hijos y dos nietos.Hart obtuvo su B.A. en matemáticas en el King’s College de Cambridge en 1969, M.A. en economía en la Universidad de Warwick en 1972, y Ph.D. en economía en la Universidad de Princeton en 1974. Luego fue investigador en el Churchill College de Cambridge, y profesor en la London School of Economics. En 1984, viajó a los Estados Unidos, donde enseñó en el Instituto Tecnológico de Massachusetts y, desde 1993, en la Universidad de Harvard. Fue director del departamento de economía de la Universidad de Harvard de 2000 a 2003. Es miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, de la Econometric Society, de la American Finance Association, de la Academia Británica, y de la Academia Nacional de Ciencias. Ha sido presidente de la American Law and Economics Association y vicepresidente de la American Economic Association, y cuenta con varios doctorados honoris causa. Es miembro distinguido de la American Economic Association y posee varios títulos honorarios. Fue nombrado Caballero Soltero en la Lista de Honores del Cumpleaños del Rey en 2023. Ha publicado un libro “Firms, Contracts, and Financial Structure” y numerosos artículos en revistas.Hart es un experto en teoría del contrato, teoría de la empresa, finanzas corporativas, y ley y economía. Su investigación se centra en el papel que la estructura de la propiedad y los acuerdos contractuales desempeñan en la gobernanza y los límites de las empresas. Ha utilizado su trabajo teórico sobre empresas y contratos en varios casos legales. La teoría de los contratos no se limita al estudio de contratos legalmente vinculantes. En términos generales, estudia el diseño de acuerdos formales e informales que motivan a personas con intereses conflictivos a tomar medidas mutuamente beneficiosas. La teoría contractual guía en la estructuración de acuerdos entre empleadores y empleados, accionistas y directores ejecutivos, y empresas y sus proveedores. En esencia, la teoría del contrato trata de dar a cada parte los incentivos o motivaciones adecuados para trabajar juntos de manera efectiva. Su trabajo también ayudó a racionalizar las decisiones sobre si determinados servicios públicos deberían contratarse de forma privada o estar gestionados por el gobierno. Estos análisis han sido importantes, entre otros aspectos, para la gobernanza de empresas y el diseño de leyes e instituciones. Junto con Bengt R. Holmström, Hart fue laureado con el Premio Nobel en 2016 por sus contribuciones a la teoría del contrato. Hart y Holmström han desarrollado métodos elegantes y eficaces que se enseñan a todos los estudiantes de economía. Su trabajo constituye la base fundamental de muchas áreas más allá de la economía, como las finanzas, el derecho, las políticas públicas y la administración. 

    Respuesta a columna de Daniel Matamala

    Cuando tienes pereza intelectual, pero tienes que escribir una columna, una solución es hacer comparaciones absurdas, acusaciones falsas y evitar mencionar cualquier dato que no coincida con tu falsa tesis, incluso si estos son de conocimiento público.Y añadir un título llamativo, aún mejor. Es lo que ha hecho @DMatamala en su columna “La solución final” en LT hoy 26/7. Comenzamos con la omisión deliberada sobre quienes comenzaron la guerra el 7/10 y las atrocidades que los palestinos han cometido, incluido decapitaciones y violaciones grupales, todo esto con la intención declarada de lograr una solución final similar a la original, aquella de Wannsee. ANIQUILAR a Israel es la versión moderna de la planteada en 1942.Los palestinos de Hamás no actúan solos, tiene el apoyo de Irán, Hezbolá, Hutíes y otros grupos del islam radical cuyo leitmotiv es la destrucción de Israel (y después el occidente). Estos grupos ven en la aniquilación de Israel y los judíos su objeto principal y la única razón por la que no han podido cumplir su propósito, fue nuestra capacidad de defendernos en siete frentes. Esta es la verdadera solución final, que Matamala ignora y la que nosotros logramos evitar. Durante esta guerra defensiva, que no solo no iniciamos, no quisimos ni queremos, y en la que tampoco hemos escogido el terreno de batalla (zona urbana densamente poblada), han muerto según Hamas alrededor de 60.000 personas, al menos la mitad de ellos terroristas palestinos armados, y el resto son, como en todas las guerras, víctimas civiles.Por supuesto que cada víctima civil inocente es una tragedia, punto. La pregunta es; ¿cómo se puede evitar víctimas civiles cuando tu enemigo instala su infraestructura terrorista dentro de la población civil y además se esconde detrás de ella? Nuestro interés es que no haya ni una víctima civil, ni una, porque nuestro valor principal es respetar la vida humana. Así, el único que goza de esta triste situación es Hamas, que, por supuesto, se regocija de las víctimas israelíes, pero también de los suyos propios, pues aumentar los muertos solo es considerado parte de un ‘sacrificio humano’ para una causa mayor, la ‘guerra santa’ contra el mundo civilizado.En Gaza existe una situación inédita. Hamas quiere causar una hambruna entre su propia gente y así generar críticas falsas a Israel, como ha hecho Matamala. En definitiva, una cosa es clara, la gente de Gaza está pasando una tragedia terrible y quienes los llevaron a esta situación la pueden terminar de inmediato: Hamás debe liberar a los secuestrados, frenar el uso de los gazatíes como escudos humanos y el robo de la comida para poder utilizar su hambre como una estrategia para atacar a Israel.Mientras tanto, Israel, Estados Unidos y diferentes organizaciones de forma conjunta siguen preocupándose y ocupándose de cómo mejorar la situación de los civiles en Gaza. Eso es en lo que falla Matamala, predica unos valores vacíos, pues en la práctica son los mismos líderes de Hamas los verdaderos genocidas que utilizan el hambre de su propia población para que después algunos, cayendo en la trampa, culpen a Israel. Hamas tiene la opción de terminar la guerra, a diferencia de los judíos durante el Holocausto, que ojalá hubieran tenido una opción. Contrariamente a las narrativas que promueve Matamala, NO HAY LÍMITE en el número de camiones de ayuda humanitaria que pueden ingresar a Gaza, como muestra el video abajo.

    “Ayudar al prójimo que sufre es una obligación moral y espiritual”

    En el Mes de la Solidaridad, conversamos con Rosy Bitran, presidenta de Reshet, sobre el nuevo enfoque del tradicional evento comunitario, la evolución de las necesidades sociales en la comunidad judía y el imperativo de la tzedaká para construir un tejido solidario intergeneracional.Como dice Rosy, la Tzedaká “es el corazón de todo. No es dar limosna: es justicia. Ayudar al prójimo que sufre es una obligación moral y espiritual”.— Este año, el evento Reshet cambió de formato. ¿Por qué?“El mundo cambió, y nosotros también. Sentimos que había que innovar, dejar atrás el modelo tradicional de mesas y discursos, y dar un paso distinto. Queremos que este evento no solo sea un espacio para encontrarse y pasarlo bien, sino que exprese con claridad el espíritu de lo que significa hacer tzedaká: aportar, ayudar, ser parte de una causa mayor. Va a haber comida rica, juegos, premios y un show distinto. Pero el foco está en aportar. Este es un evento de comunidad y para la comunidad”.— ¿Qué desafíos se enfrentan hoy?“Las necesidades son más grandes que nunca. Puede parecer que lo peor pasó con la pandemia, pero no es así. Hoy nos impacta el alza en los productos: alimentos y medicamentos, especialmente.  Las demandas son enormes: desde ayudas para niños de los colegios, pasando por la necesidad que tienen de apoyo psicopedagógico, psicológico y psiquiátrico, que muchas veces debe llegar a toda la familia como sistema. Por otra parte, en una sociedad en que la población envejece, hay mayor demanda adultos mayores para ingresar a los hogares. Además del Beit Naomi, que se ha consolidado como casa de acogida para adultos con algún problema de salud crónico y sin redes. También se destinan recursos a gastos asociados a cementerio.Y no hay que olvidar que las personasde regiones también nos necesitan”.— ¿Cuánto se invierte en todo eso?“Nuestros gastos anuales superan los 460 millones de pesos”.— ¿Cuál es el perfil de las personas que reciben ayuda?“De todo tipo: familias con niños, personas mayores que viven solas, personas con enfermedades mentales, jóvenes sin redes de apoyo. No ayudamos al 100% de todo, pero sí cubrimos lo que falta. Abordamos caso a caso con trabajadoras sociales que evalúan y definen prioridades. Y no solo en Santiago: nos llegan casos desde el norte y el sur del país, porque donde haya un judío que necesite ayuda, ahí estamos”.— ¿Cómo ayudamos?En primer lugar, venir al Sunset Reshet, nuestra nueva forma de celebrar y encontrarnos, pero sobre todo de aportar.Además, existen otras opciones:-  A través del sitio web puedes hacerte Javer Reshet con donaciones mensuales.-  También ofrecemos certificados solidarios para cumpleaños, matrimonios o bnei mitzvá.-  Puedes sumarte a las campañas de alimentos en los colegios y a las campañas de invierno para subsidiar gas y luz.-  Las empresas también pueden donar y acceder a beneficios tributarios.“Lo importante es comprometerse con quienes necesitan ayuda. Un día, podemos ser nosotros”, dice Rosy.Llamado a los jóvenes “Hago un llamado especial a las nuevas generaciones: se nos hace difícil motivarlos con la tzedaká, que es uno de los valores más importantes del judaísmo. Todos podemos aportar, aunque sea con poco.Es importante que se entienda que esta institución existe para ayudar, incluso si algún día los que necesitan ayuda son ellos. Que se sumen, que participen, que se hagan parte.Yo ya voy de salida. Ahora les toca a los jóvenes tomar la posta”.--

    El compromiso de la comunidad judía con Chile

    En este Mes de la Solidaridad, queremos reconocer la entrega silenciosa y perseverante de la comunidad judía en Chile con la sociedad. Es una vocación que nace de un precepto milenario: Tzedek (justicia), que deriva en tzedaká, la solidaridad activa que no se queda en deseo, sino que se transforma en acción. La comunidad judía ha estado presente cada vez que Chile la ha necesitado. Durante la pandemia colaboró con el gobierno para ayudar a quienes más sufrían. Cuando incendios, aluviones o temporales golpean al país, la comunidad abraza y ayuda.Destacamos a algunas organizaciones y los valores judíos que representan.Arevut, es la idea de que todos somos responsables los unos por los otros. Se encarna en programas de ayuda directa a personas vulnerables. En esta categoría existen iniciativas tan nobles como:Fundación Contigo Tzedaká del Círculo Israelita, busca crear un vínculo dignificante con vecinos y vecinas de la Comuna de Lo Barnechea. Uno de los primeros proyectos fue la colaboración con los habitantes del Campamento Juan Pablo II en su esfuerzo por tener su casa propia en la comuna donde habían vivido por décadas. Además, organiza comedores comunitarios, campañas de abrigo y programas que devuelven la dignidad a quienes se sienten olvidados. Lo hacen inspirados en el principio de Tikún Olam, la reparación del mundo.Fundación 7 Sueños, surgida en San Bernardo desde el Policlínico Rosita Benveniste y el Jardín Ángel Gabriel, busca abrir oportunidades entre el mundo privado, público y la sociedad civil en salud, educación y emprendimiento para mejorar la vida de personas vulnerables. Organizó ollas comunes en pandemia, ha apoyado la reconstrucción de espacios comunitarios y realizado operativos médicos en Chiloé y Tarapacá, beneficiando a miles de personas.Pikuaj Nefesh: salvar una vida supera cualquier otra ley. Por eso, apoyar la salud, acompañar a enfermos y asegurar el acceso a tratamientos médicos no es un acto de caridad, sino un mandamiento sagrado. Acá destacan:TROI es un Centro Oncopediátrico Integral creado por la Fundación Vivir Más Feliz, donde los niños que enfrentan el cáncer no solo reciben sus tratamientos médicos, sino también un completo acompañamiento psicosocial y emocional destacando la risoterapia, la musicoterapia y juegoterapia. Todo ocurre en un espacio de excelencia, especialmente diseñado para brindar bienestar, esperanza y dignidad en cada etapa del tratamiento. TROI está presente en Santiago y próximamente en Temuco.Hadassah Chile forma parte de una red global que llegó al país desde Israel durante la pandemia del COVID-19, ofreciendo asesoría médica y apoyo estratégico. Desde entonces, se ha consolidado como un puente de transferencia tecnológica y conocimientos clínicos, colaborando con instituciones como el Hospital Regional de Concepción, la Clínica Alemana, el Hospital de la Universidad de Chile, el Hospital Sótero del Río y la Posta Central. Hatzalah Chile es una red de voluntarios de la comunidad judía, capacitados y equipados para responder gratuitamente a emergencias médicas. Brindan atención previa a la llegada de una ambulancia, contención emocional y estabilización del paciente. Operan 24/7 y realizan más de 400 rescates al año.Dulzura para el Alma trabaja para mejorar la calidad de la hospitalización en el Hospital Luis Calvo Mackenna.  Ha realizado importantes aportes en infraestructura, equipamiento y remodelación en áreas como oncología, banco de sangre, lactantes, salas de espera, plaza principal y el bus de acercamiento. También apoya a las familias con financiamiento de servicios funerarios. Cada miércoles las voluntarias visitan el hospital para servir desayunos, colaciones, entregar regalos y acompañar a las familias de pacientes hospitalizados.La Sociedad de Damas Israelitas de Valparaíso lleva décadas apoyando al Hospital Gustavo Fricke. Su labor es silenciosa, pero constante y profundamente valiosa.Y cómo no recordar al Policlínico Público Israelita, fundado en 1922 en Santiago por médicos y dentistas judíos que, en gratitud al país que los acogió, brindaron atención médica de calidad y a bajo costo durante más de un siglo. Cerró sus puertas en 2024, pero su legado sigue vivo.El valor de la educación —Jinuj— se entiende en el judaísmo como un acto de amor y de justicia.En esta materia, el aporte del Museo Judío de Chile es innegable. Cuenta con dos recorridos (Historia Judía y Holocausto) para enseñar sobre el pueblo judío a la sociedad chilena u promover el valor y respeto por la multiculturalidad y el entendimiento en nuestra sociedad. El 80% de los visitantes son estudiantes no judíos de educación media. A esto se suman universitarios, grupos religiosos, de Carabineros y ONGs, entre otros. Se calcula que llegan a casi 10.000 personas al año.En la misma línea, WIZO-CEFI y su red de “Escuelas República de Israel”, que enseñan desde Arica a Traiguén, son un símbolo de compromiso con el país.La forma más elevada de Tzedaka, según Maimónides, es ayudar a alguien a valerse por sí mismo. Por eso, Kalanit es una iniciativa solidaria y judía que apoya el emprendimiento y entrega herramientas a microempresarios y emprendedores para que logren autosustentarse. Los adultos mayores deben ser honrados en nuestra tradición. Por eso Hadar Pnei Zaken —honrar el rostro del anciano— es un valor representado por la Fundación Amanoz, que lleva más de 25 años acompañando a personas mayores y sus cuidadores, combatiendo la soledad con cariño, capacitaciones y redes de apoyo.  Y cuando el país sufre, el corazón judío también. Gemilut Jasadim - actos de bondad amorosa- nos enseña que ante el dolor ajeno no se puede mirar hacia otro lado. Así actúan la 15ª Compañía de Bomberos de Valparaíso y la 5ª de Ñuñoa, conocidas como “Bomba Israel”. Sus voluntarios arriesgan la vida para salvar otras.  La acción solidaria del judaísmo nos recuerda que cada gesto cuenta. Y que, juntos, podemos construir un país más humano, más justo y más solidario.Te invitamos a apoyar estas iniciativas en sus redes sociales o páginas web.

    Los drusos anticipan uno de los futuros posibles para Medio Oriente

    Después de lo que ocurrió con la caída del Sha y la llegada de los ayatolas y después del fracaso de la Primavera Árabe, tengo reticencia a hablar de “cambios históricos” en el Medio Oriente, ya que quienes no son de la región tienden a equivocarse. Con esa prevención, ha pasado relativamente desapercibido que el cambio más importante en décadas ya tuvo lugar, la alianza de hecho entre los países árabes sunitas e Israel, es decir, viejos enemigos se acercaron de tal forma, que Israel fue ayudado militarmente por antiguos adversarios debido al temor mutuo de la bomba atómica iraní, algo que cuesta mucho ser entendido por el buenismo occidental.Al parecer, también está pasando relativamente desapercibido el hecho que lo que está ocurriendo con los drusos en Siria y lo que está haciendo Israel en su beneficio, puede marcar un cambio de importancia parecida, ya que podría terminar en un nuevo arreglo territorial, esta vez para desafiar las fronteras construidas por las potencias coloniales, en este caso, la parte francesa y no británica de lo que se conocía como la Gran Siria. Allí se separó un territorio para crear en El Líbano lo que iba a ser un país donde los cristianos no se sintieran discriminados, sueño colapsado por la guerra civil y Hezbolá. Ahora, la situación de los drusos podría marcar una tendencia hacia nuevos arreglos territoriales para las minorías en Siria, ante la posibilidad real de fragmentación del país, escenario que se ve con temor, dada la experiencia del último y fracasado intento en Libia. En ese país, la intervención francesa de Sarkozy, en nombre por cierto del buenismo y nobles ideales, terminó no solo en la muerte de Gadafi, sino en una anarquía tal que es hoy más amenazante para Europa que la etapa postrera del coronel.De concretarse este proceso en independencia, autonomía, o federalización real, sería una transformación relevante, dado el origen yihadista de Ahmed al-Charaa (antes Abu Mohamed al-Golani), el nuevo presidente, ya que la idea de minorías es totalmente ajena al islamismo, el fundamentalismo, el islam político, demostrado dondequiera en el pasado hayan tenido poder.De concretarse, hay varios grupos humanos en diferentes países del Medio Oriente, no solo Israel y los palestinos, sino naciones árabes, como también en Irán y Turquía, que sería una novedad positiva en relación con el desastre dejado por las potencias coloniales, Reino Unido en la partición, Francia en Siria, ambos en África, responsabilidad no asumida y que se esconde con su actual discurso de superioridad moral. Ejemplo de lo anterior es la reciente declaración de 25 países, que una vez más responsabilizan solo a Israel de lo que está pasando en Gaza, preocupación legítima, pero no lo es culpar solo a Israel. De hecho, ningún país árabe la suscribió como tampoco en ninguno de ellos se presenció el antisemitismo de algunas ciudades europeas como tampoco nada semejante a las universidades estadounidenses tuvo lugar en esos países, expresión de la nueva relación entre quienes fueron a la guerra en el pasado, y que ahora permitieron el paso de los aviones israelíes hacia Teherán como también el año 2024 habían colaborado en interceptar misiles iraníes que iban hacia Israel.Los drusos son poco más de un millón de personas, y al igual que otros grupos tienen cercanía territorial, divididos entre Israel, El Líbano, Siria, y en menor medida, Jordania. Los drusos no son los únicos, pero son sin duda diferentes, lo que se expresa tanto en lo religioso como en la conciencia colectiva. Son un grupo religioso de lengua árabe, y no se identifican como musulmanes, ya que practican una religión abrahámica (de Abraham), a la vez monoteísta y sincrética que también recoge enseñanzas de filósofos griegos, y entre otros, incorpora elementos del gnosticismo, el zoroastrismo y el budismo, como también de la parte hermética del chiismo ismailí.Son de etnia árabe, definiéndose como un pueblo sin fronteras, cualidad compartida con varios en la vecindad, y solo por mencionar algunos como kurdos, yazidíes y beduinos, estos últimos con los que se han enfrentado en Siria a través de las respectivas milicias, exactamente la realidad que fue escondida cuando Francia y el Reino Unido impusieron el modelo de un país centralizado, en Irak y Siria, como también en otros.Los drusos han conservado no solo su religión, sino una forma de ser y de existir, con tradiciones propias durante más de un milenio, siendo minoría religiosa en todos los países donde se encuentran, y con frecuencia han sido perseguidos por regímenes musulmanes, incluyendo el actual extremismo del islam político, siendo casi una excepción Israel, donde han tenido aceptación e integración, incluyendo un muy destacado historial en las fuerzas armadas, tanto que Netanyahu y otros primeros ministros se han referido siempre a ellos como “hermanos”. Parte de los drusos han estado desde 1948, pero muchos que vivían en el Golán fueron incorporados desde Siria, junto con ese territorio, después de 1967.La historia de la creación de la fe drusa se sitúa entre los años 1017 y 1018 d. C., continuidad milenaria que no es fácil trasladar a lectores, auditores y espectadores, donde sobresalen algunas características, tales como el respeto a las distintas formas de gobierno de los países donde se encuentran, al mismo tiempo de dificultar que extraños se conviertan a su religión como también desalentar los matrimonios fuera de la fe, con una particularidad especial, en el sentido de prácticas religiosas que se mantienen en secreto, todas ellas características que hacen difícil que el extremismo las respete como tampoco lo hacen con otras minorías, partiendo por quienes son sus primeras víctimas, otros musulmanes, por lo que a diferencia del occidente, estos grupos fundamentalistas son ilegales en varios países árabes.Desde el cambio de gobierno, han existido ataques con anterioridad contra los drusos en Siria, entre otras razones que por el miedo al yihadismo, durante la guerra civil, al igual que otras minorías, apoyaron a la dictadura de la familia al-Asad, o en el caso de Egipto, minorías diferentes apoyaron el golpe de Estado del ejército en julio de 2013 contra la Hermandad Musulmana, donde Mohamed Morsi se había transformado en el primer presidente egipcio elegido en elecciones libres en la historia del país, parte de la complejidad del Medio Oriente, que se les escapa a quienes en occidente, partiendo por políticos y medios de comunicación, solo se preocupan de Israel y los palestinos, desafortunadamente en forma muy sesgada.El interés mundial en los drusos solo apareció con la masacre que tuvo lugar hace un par de semanas en la provincia siria de Suida (castellanización de Sweida), que por algo es conocida como Jabal al-Druze o Montaña de los Drusos, donde la intervención militar de Israel que incluyó bombardeos en Damasco fue determinante para que no fuera peor, aunque en todo caso los muertos se contaron en cientos. La cobertura internacional condujo a una negociación, obligando al gobierno a hacerse presente, hasta entonces más bien ausente de su obligación de protección a los ciudadanos drusos.Si Israel lo hizo fue por petición de los drusos que viven en ese país, pero, Israel ha estado presente, desde hace tiempo, confrontando a Irán y Hezbolá durante la guerra civil y después, de la caída de la dictadura, con presencia en la zona fronteriza, fundamentalmente la que desde la guerra de Yom Kippur estaba desmilitarizada, con ataques a los lugares abandonados por el ejército y a los arsenales respectivos, para evitar que cayeran en manos yihadistas, por algo públicamente declarado, que Israel no va a aceptar que Siria se convierta en un nuevo Líbano, desde donde se le ataque por años, experiencia que los lleva a actuar preventivamente. Además, detrás del nuevo gobierno está la Turquía de Erdogan, lo que constituye una preocupación adicional.Cuando hay tantos medios de comunicación que rara vez informan de situaciones distintas a Israel y los palestinos, puede parecer novedosa la existencia de una variedad de casos semejantes, aunque no iguales, sin embargo, parecidos, en el sentido que son agrupaciones humanas, fácilmente distinguibles, sea en Siria, Irak, Líbano, Sudán, Irán, Turquía u otros lugares, que en cualquier acuerdo hacia el futuro, debieran ser considerados al menos como parte de una federalización, pero con una descentralización de verdad y no similar a aquellos países que se llaman federales sin serlo de verdad.Por el momento especial que se vive en Siria, los drusos serían aquellos que podrían anticipar el futuro para estos pueblos sin Estado, en el sentido de reconocerlos e ir hacia nuevas formas de autogobierno, que podrían llegar a la independencia en algunos casos, o al menos a la autonomía, o a arreglos distintos a los mencionados, como podría ser el caso de los yazidíes (yezidis) que en el pasado han buscado ser parte federalizada de un futuro Estado kurdo. Sin embargo, para que avance este proceso, se necesita un verdadero cambio cultural en la forma que se ejerce el poder, ya que nunca ha habido una aceptación de los conceptos de diversidad o de minorías, tampoco en las monarquías, lo que a su vez demandaría el abandono de la centralización forzosa y la imposición de religiones oficiales obligatorias.Más aún, antes de Siria ya era un proceso en marcha, como lo demuestra la verdadera autonomía de hecho de la que han gozado los kurdos en Irak después del retiro de EEUU, como también podría impactar en Turquía, que no les otorga suficientes derechos y más bien los reprime, o a Irán, que, como heredero del imperio persa, tiene a su interior una minoría árabe que se siente discriminada como también un movimiento reivindicatorio que pide la creación del Beluchistán, que quiere separarse de Pakistán, pero que también opera, con atentados terroristas incluidos en Sistán y Beluchistán, del vecino Irán.Un Medio Oriente, que por lo demás, el dato y no el relato, muestra una realidad, donde contrario a la narrativa antisemita, uno de los países de mayor raigambre histórica y de mayor integración de las minorías, es precisamente el odiado Israel. A pesar de ello, medios de comunicación globales como la BBC responsabilizaban en forma extraña a Israel por lo que ocurre en Siria, a pesar de que su triunfo sobre Irán y Hezbolá fue clave en que no llegaran a rescatar a la dictadura como lo hicieran en el pasado.Si los cambios que realmente son observables en la región coincidieran con aquellos que están teniendo lugar en el mundo, de partida en EEUU, sería otra razón adicional para impulsar la alianza, que está recién apareciendo y que quizás necesita del Estado palestino para materializarse públicamente, entre Israel y los países árabes sunitas, lo que podría incluir también a El Líbano, quizás la alianza adecuada para la realidad que ha surgido en la región con posterioridad al triunfo militar de Israel, en su guerra en 7 frentes.Israel, quiéralo o no, ya está metido, ya es actor relevante y debe ser parte activa de lo que ha ayudado a crear. Por lo demás, le ayudaría mucho a no repetir errores del pasado que todavía lamenta, como, por ejemplo, haberse retirado unilateralmente de El Líbano el 2000 y de Gaza el 2005, ya que nada obtuvo ni a nadie ayudó haber hecho esos gestos, como es el caso de los cristianos en El Líbano aplastados por Hezbolá o de la Autoridad Palestina sufriendo en manos de Hamas, temor que los condiciona hasta el día de hoy.El diálogo entre países árabes e Israel, y sobre todo, la noción de intereses compartidos, puede dar forma a un Medio Oriente más pacífico, que ayudaría no solo a Israel, sino también a los árabes a no sufrir la dominación de actores que han demostrado no quererlos mucho, como es el caso de los herederos turcos del imperio otomano y de los ayatolas persas, con un agregado, los dos han buscado desplazar a los árabes en nombre del islam, y creo, que alguien como bin-Salman lo tiene claro en Arabia Saudita, además de encabezar junto a los países del Golfo, un gigantesco proceso de modernización de sus países. Por lo demás, y muy importante, en favor del trabajo conjunto con Israel, se trata de países que, al vivir en la región, tienen aquello de lo que comprobadamente carece Occidente, conocimiento real de esas culturas y mentalidades.Israel ya tiene la mala experiencia que en el Medio Oriente no funcionan los gestos buenistas, por muchas buenas intenciones que se tuvieran. Lo que siempre ha funcionado, es el respeto al poder y a quienes hacen uso de este, por lo que el alejamiento unilateral tampoco le dio resultado a Obama, con su ultimátum no honrado a al-Asad en la guerra civil siria.Lo razonable y lo que se espera de Israel en las capitales árabes es que actúe de acuerdo con el estatus económico, tecnológico y militar que ha adquirido, países que están contentos de que se lograra detener por ahora los afanes expansionistas de los ayatolas iraníes. Es indudablemente una oportunidad para actuar política y no militarmente, ya que la desintegración de Siria sería un escenario terrible para la región, por lo que, si existe una colaboración amplia, con el concurso de todos, se podría consensuar una salida que evite esa desintegración.Darwin enseñó que la evolución es un proceso gradual, donde sobreviven mejor no los más fuertes, sino aquellos con la capacidad de adaptación a los cambios, y esto estaría logrando Israel al adaptarse a su entorno, cumpliendo así el sueño de los fundadores de integración a la región donde se vive. Ganando guerras consiguió ser aceptado por los vecinos, ahora el tema es la posibilidad de una alianza para construir una paz, hasta ahora esquiva.Por cierto, nada detendrá la mano de quienes odian por encima de todo otro sentimiento, ya que se avecina una nueva ofensiva de quienes no aceptan a Israel, que ha disminuido en el Medio Oriente, pero que ha crecido en la Unión Europea, veneno que también se ha inoculado en el Reino Unido, Australia y Canadá, unido a cambios políticos como consecuencia de la presencia en importantes cargos de descendientes de inmigrantes que ahora apoyan al yihadismo, además de ser fuerza electoral creciente. Se trata de una nueva versión del lawfare, esa guerra o guerrilla jurídica que busca utilizar los sistemas legales para instrumentalizar a los sistemas judiciales.Ya no se trata de las acusaciones de “genocidio” al país, tampoco del comercio o las inversiones, sino ahora el objetivo es paralizar los viajes de los israelíes, acusándolos a ellos como personas naturales de “delitos” tales como haber cometido crímenes de guerra por haber servido en las fuerzas armadas, buscando encarcelarlos en viajes de turismo al extranjero, lo que ya ha sido ensayado en países que aceptan algún tipo de jurisdicción universal, tales como Brasil, Bélgica y Argentina, donde sus tribunales tienen jurisdicción fuera de sus fronteras.Es un tipo de acusación que seguramente va a crecer en número, en escenarios y temas donde Israel ha demostrado ser particularmente ineficiente, al igual que en imagen y construcción de narrativas, en un escenario que ha quedado sensibilizado por narrativas instaladas, incluso por Hamas e Irán, a pesar de haberse probado que las acusaciones de “genocidio” y “apartheid”, fueron desarrolladas en la KGB soviética como reacción al triunfo en la Guerra de los Seis Días, y que tuvo también éxito en la votación de la ONU de 1975, cuando la Asamblea General aprobó la Resolución 3379, que declaraba que el sionismo era una forma de racismo y discriminación racial. Fue revocada en 1991, por la 46/86 que recibió el voto favorable de 111 países, en un momento en que EE. UU. era superpotencia única y como condición exigida por Israel para participar en la Conferencia de Paz de Madrid de 1991, antecedente de Oslo.Y si menciono estos hechos, lo que pasó, lo que está pasando y lo que, con toda seguridad, pasará, es por la necesidad que Israel confronte estos temas, que combinan política, guerra y relaciones internacionales, para que se abandone la pasividad, y se organice una contraofensiva inteligente, ya que al igual que en esta guerra en 7 frentes, los temas de imagen que son una forma de guerra híbrida, pueden perjudicar la muy auspiciosa relación que existe con los países árabes, como sin duda ya tuvo lugar con Europa. Al respecto, cuesta entender que, si Israel se adapta rápidamente a nuevos desafíos como está ocurriendo en Siria, sea incapaz de abordar el tema de imagen.En las negociaciones de Israel con Siria, parece haberse aceptado una zona desmilitarizada, donde Israel se ha comprometido a proteger los derechos drusos. Si de aquí surgiera la posibilidad que se cree una zona autonómica para ellos, sería posible para otros pueblos redibujar los mapas coloniales, por lo que sería lamentable que el debate internacional fuera perjudicado por esta carencia israelí en imagen. Mejor que nadie lo dijo David Ben-Gurión, “la historia está en nuestras manos. No podemos cambiar el pasado, pero podemos dar forma al futuro”.@israelzipper-Máster y Doctor (PhD) en Ciencia Política (U. de Essex), Licenciado en Derecho (U. de Barcelona), Abogado (U. de Chile), excandidato presidencial (Chile, 2013)

    Jerome Karle, Premio Nobel de Química

    Jerome Karle nació en la ciudad de Nueva York, el 18 de junio de 1918; hijo de Louis Karfunkle y Sadie Helen Kun, se crió en una familia judía con un fuerte interés en las artes. Había practicado el piano cuando era joven y había participado en una serie de concursos, pero estaba mucho más interesado en la ciencia. En su juventud, Karle practicó baloncesto, patinaje sobre hielo, fútbol americano y natación. ​Tras cursar estudios secundarios en la Abraham Lincoln High School de Nueva York, pasó a estudiar química y física en la Universidad de Nueva York, en la que se graduó en 1937. Posteriormente, amplió sus estudios en la Universidad de Harvard, en la que llevó a cabo un M.Sc. en 1938 y, por último, en la Universidad de Míchigan, en la que se doctoró en 1944.​ En Michigan, conoció a su futura esposa, Isabella Lugoski. Tras finalizar sus tesis en 1943, se trasladaron a la Universidad de Chicago para trabajar en el Proyecto Manhattan. En 1946, se fueron al Laboratorio de Investigación Naval de los Estados Unidos en Washington, donde permanecieron hasta su jubilación en 2009. Inicialmente, Jerome e Isabella continuaron centrándose en experimentos de difracción de electrones. Paralelamente, Jerome realizó un análisis teórico que predecía los patrones de difracción esperables en hidrocarburos orientados, lo que le llevó a reflexionar sobre la aplicación de sus teorías al análisis de estructuras cristalinas. Fue en esta época cuando Herbert Hauptman se unió a los Karle.A partir de 1950, Karle y Hauptman se basaron en conocimientos fundamentales sobre la naturaleza de la materia para hallar relaciones matemáticas entre las ondas difractadas en cristales por difracción de rayos X.Poco después, establecieron una teoría que anunciaron con audacia en 1953 en una monografía compleja titulada “Solución del problema de las fases”. La recepción inicial del trabajo de Karle-Hauptman fue discreta. Isabella cambió la situación al aplicar el trabajo a estructuras complejas como las de los péptidos. En 1966, Isabella y Jerome Karle publicaron un artículo fundamental que explicaba paso a paso cómo determinar las estructuras tridimensionales de cristales. Karle y Hauptman compartieron el Premio Nobel de Química de 1985 por su trabajo. Cuando recibieron el premio Nobel, Karle ya se había convertido en una figura destacada en los círculos de la cristalografía. Los enfoques matemáticos que Karle y Hauptman establecieron, conocidos como métodos directos, han ayudado a los investigadores a dilucidar la estructura de moléculas clave como vitaminas y hormonas, y a comprender mejor los mecanismos bioquímicos. La concesión del Premio Nobel fue una sorpresa para Jerome. Se encontraba a 39.000 pies sobre el océano en un vuelo transatlántico cuando el piloto anunció por el altavoz: “Nos honra tener hoy con nosotros al más reciente ganador del Premio Nobel de Estados Unidos, y ni siquiera lo sabe”. En la cabina, lo agasajaron con champán. Los Karle tuvieron tres hijas, todas trabajando en campos científicos.Fue miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, de la Sociedad Filosófica Estadounidense, de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias y de la Sociedad Estadounidense de Física. Además, recibió el Navy Distinguished Civilian Service Award. Falleció de cáncer de hígado en Annandale, Virginia, el 6 de junio de 2013, doce días antes del que habría sido su 95° cumpleaños.

    Delegación chilena participó en la conmemoración del atentado a la AMIA en Buenos Aires

    Una delegación chilena viajó a Buenos Aires para participar en diversas actividades de reflexión y conmemoración del 31° aniversario del atentado a la AMIA, ocurrido en 1994, que cobró la vida de 85 personas y dejó más de 300 heridos.En el Congreso de la Nación, la delegación sostuvo un encuentro con diputados y diputadas argentinos —entre ellos Sabrina Ajmechet, Karina Banfi, María Sotolano, Maximiliano Ferraro y Gerardo Milman—, así como con el director de Proyectos del Congreso Judío Latinoamericano, Ariel Seidler.El grupo también fue recibido por el embajador de Chile en Argentina, José Antonio Viera-Gallo, y mantuvo una reunión con autoridades del Congreso Judío Latinoamericano (CJL), con quienes dialogaron sobre la lucha contra el antisemitismo y los desafíos comunes que enfrenta la región.Conversamos con el periodista Christian Pino para conocer su experiencia y análisis como experto en materia internacional.¿Qué sentiste al estar en la conmemoración de un atentado tan impactante que ocurrió tan cerca?Fue la primera vez que asistí a la conmemoración del atentado contra la AMIA. Por supuesto que conocía este hecho, ¿quién no?—, pero quizás porque tenía apenas 14 años cuando ocurrió, o por la distancia con que se perciben estos hechos en Chile, no había dimensionado su magnitud. Esta vez lo viví en carne propia. Estuve en el lugar exacto, a la hora precisa, junto a cientos de familiares y sobrevivientes, con la presencia del presidente de Argentina, Javier Milei. La emoción fue intensa, casi desgarradora.Los discursos de los familiares reclamando justicia, denunciando la indiferencia de los gobiernos kirchneristas, fueron un golpe directo al corazón.  Cuando dices (en tu video) que “el terrorismo está presente en la región”, ¿a qué te refieres exactamente?Como periodista, he investigado durante años la situación en Medio Oriente y la amenaza de grupos extremistas. En febrero de 2024 viajé a Israel. En Kiryat Shmona, una ciudad en la frontera con Líbano, vi con mis propios ojos la destrucción provocada por los misiles de Hezbolá. Es mucho más grave de lo que se percibe en nuestra región.Hezbolá opera con fuerza en la triple frontera (Argentina, Paraguay, Brasil), y en el contexto de la guerra en Gaza y las tensiones con Irán, no es descabellado pensar que puedan intentar acciones de represalia o venganza en Sudamérica. Chile no está tan lejos de ese riesgo como muchos creen.¿Ves la posibilidad de que hechos como este se repitan?Sí, sin duda. La propia ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, y el actual secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, han advertido sobre la presencia de células de Hezbolá en Sudamérica, incluyendo Chile, especialmente en el norte del país.No olvidemos que algunos de los terroristas que atentaron contra la AMIA utilizaron a Chile como vía de escape. A veces, el silencio, la desidia o la falta de inteligencia preventiva pueden ser tan graves como el propio atentado.¿Se puede hacer un paralelo entre el terrorismo y organizaciones criminales como el Tren de Aragua?Por supuesto. Los aviones iraníes vinculados a Venezuela que Chile dejó pasar son una señal de alerta. Recordemos que este gobierno llegó a decir que el Tren de Aragua era “una invención de la prensa” para aumentar el miedo. Hoy sabemos lo equivocados que estaban.Si no fortalecemos nuestra inteligencia y seguridad, Chile corre el riesgo de convertirse en un refugio para grupos terroristas y criminales. Ya pasó con el crimen organizado: no se frenó a tiempo y hoy enfrentamos sus consecuencias.¿De qué trató la reunión con ministros de seguridad que pueda ser relevante para Chile?Escuché cómo Argentina está enfrentando de forma frontal al narcotráfico y el crimen organizado. Conversé con la ministra Patricia Bullrich y le recordé que ella fue la primera en advertir a Chile sobre la presencia de grupos como Hezbolá en nuestro territorio. En su momento, muchos minimizaron esas advertencias. El tiempo le dio la razón. 

    Cuando la historia vuelve a tocar la puerta, no hay espacio para el silencio 

    Hace unos días le pedí ayuda a la historia, ese ser inalcanzable y misterioso que siempre está, aunque a veces lo olvidamos. Le conté lo que está pasando en Chile y en el mundo. En medio de nuestra conversación, le hablé de algo que me sorprende: la unión intergeneracional y transversal de nuestra comunidad. Le dije que siempre encuentro un punto en común con personas de cualquier edad, y que eso refleja nuestra identidad.La historia me miró con cierta preocupación. Luego entendí.Entendí que es reconfortante escucharnos entre nosotros, coincidir en prioridades, reconocernos en una misma misión: vivir tranquilos con nuestras tradiciones y creencias. Pero hay un peligro silencioso: la comodidad, pues en tiempos como estos, la historia nos respira en la nuca.No debemos olvidar que la historia nos observa. Es omnipresente. No solo nos acompaña: nos aconseja y juzga nuestras decisiones. Nos pregunta si esta vez vamos a hacer algo distinto. Como un maestro que repite la misma pregunta y espera que nuestra respuesta haya cambiado en base a lo aprendido. ¿Qué responderíamos?Quizas diríamos que, entendemos mejor lo que está en juego y que esta vez no callaremos. Pero yo le diría que estamos en deuda con quienes vendrán. Con los niños que el día de mañana estarán enfrentando el mundo universitario. ¿Qué universidad los recibirá? ¿Una que los entiende o una que los etiqueta? Eso depende únicamente de lo que hagamos ahora. No con silencio ni con miedo, sino con presencia.Hoy la historia no nos exige perfección. Nos exige acción. Que hablemos y enfrentemos la realidad, aunque incomode. Que construyamos comunidad más allá de nosotros para llevar nuestras voces a los espacios donde, a veces, no quieren escucharlas.Nuestro desafío es doble: sostener nuestra identidad y, al mismo tiempo, abrirnos al encuentro. Pero ¿para qué? Para mirar al pasado sin arrepentimientos, para anticiparnos al prejuicio y, sobre todo, para ser capaces de pasar la prueba de la historia; si nuevamente nos puso en esta situación, debemos demostrarle que podemos hacerlo.Jóvenes judíos, si estaban esperando el momento adecuado para mostrarse, este es. Nos toca ser quienes abren las puertas de nuestra cultura, quienes inviten a entender y quienes expliquen lo que nos cuesta poner en palabras. Porque como jóvenes tenemos ese beneficio fugaz de no pensar en la política, en los trabajos o en agendas personales. Ahora es cuando la historia nos susurra: “el riesgo de cerrarse es el mismo que el de desaparecer”.Y nos recuerda algo importante. Nos habla de cuando una mentira fue suficiente para ganar el odio de un país entero y que, en tiempos no lejanos, el silencio y la indiferencia del mundo fueron el motor de nuestro sufrimiento. No pedí que me diera nombres, todos sabemos a qué se refería.La historia nos pide que la cambiemos. Está claro, no se trata de convencer, sino de mostrarnos con honestidad y confiar en que eso bastará. La historia nos está mirando. La pregunta es: ¿nos atrevemos a mirarla de vuelta?

    "Llamo al pueblo judío a sentirse orgulloso de su identidad e historia a pesar del antisemitismo que están viviendo"

    Su breve paso por Chile no pasó desapercibido. Pilar Rahola participó en una charla en la NBI la semana pasada, parte de una intensa agenda mediática que incluyó diversas entrevistas en La Cuarta, La Tercera, T13, BíoBío y Al Pizarrón de radio Agricultura entre otras actividades. En todas ellas, analizó cómo las corrientes de izquierda, huérfanas de causas tras el derrumbe del comunismo, han abrazado la causa palestina como bandera política. Según Rahola, el éxito económico y democrático de Israel representa todo lo que estas izquierdas odian: un país libre, próspero y judío.Pilar Rahola fue directa contra la izquierda radical. Sostuvo que “hay una izquierda que nunca ha defendido la libertad, seamos claros”. Para ella, el odio a Israel no es casual, sino el último refugio ideológico: “Se les hundió todo esto, el comunismo, el muro de Berlín, y lo que ha quedado es que el único régimen con justicia social ha sido el libre mercado... ¿Y quién es el máximo exponente del éxito del libre mercado? Israel”.Además, criticó el doble estándar de estos sectores: “El niño palestino con piedras se ha convertido en el símbolo, pero nunca protestan por las mujeres iraníes ni por los crímenes en Afganistán o Sudán. Solo interesa si el muerto es por una bala israelí”. La analista advirtió además que “Israel es lo que más odian estas izquierdas: un país que empezó con naranjas y ahora lidera en innovación”.Pilar Rahola no dejó lugar a dudas y en cada una de sus entrevistas y declaraciones acusó al presidente Gabriel Boric de ejercer antisemitismo directo contra la comunidad judía del país. “Boric ha criminalizado a la comunidad judía. Ha hecho en Chile un Dreyfus, le ha dicho a los judíos de Chile que no eran chilenos, que eran judíos”, afirmó con contundencia. En sus palabras, ese señalamiento no es menor: “Eso es antisemitismo puro”. También comparó el caso chileno con los judíos alemanes de la Primera Guerra Mundial, recordando cómo eran tratados como extranjeros pese a su lealtad nacional: “Porque ya no eran alemanes, eran judíos”. Según explica, Boric ha revivido ese clásico patrón del antisemitismo al marginar simbólicamente a los judíos chilenos.Su diagnóstico es claro: “Ni Petro, ni Sánchez, han llegado a tanto, solo Boric lo ha convertido en un lema de presidencia”. La escritora y activista española recordó también el antisemitismo cotidiano que detectó en Latinoamérica, como cuando en Buenos Aires un taxista le dijo tras el atentado a la AMIA: “Ah, allí no murieron argentinos, eran judíos”. Según Rahola, Boric ha llevado esa discriminación implícita al discurso político formal.EL 7 DE OCTUBRE ALGO SE ACTIVÓEn cada lugar que visitó y con cada persona que habló, además de una documentada opinión, Rahola dejó su huella personal y abrió su corazón: “Ese día -refiriéndose al 7 de octubre-,  vimos la cara del mal. Matar bebés, violar niñas... y luego ver cómo los buenos lo justificaban. Eso me rompió”.La escritora reflexionó: “¿Dónde queda la ética cuando las víctimas son transformadas en verdugos?”, denunciando la normalización del odio a Israel: “El fenómeno ideológico de la izquierda, alimentado desde Stalin, ahora explota con las redes sociales. Es decir, la idea del Israel, imperialista, que oprimía pueblos, llevamos décadas escuchándolo. En las universidades, en los intelectuales, en posiciones de izquierdas. Ahora ha explotado, entre otras cosas, por el factor redes sociales que convierte ese permanente discurso de odio en algo viral. Es Goebbels con Internet... Una mentira viralizada se convierte en un titular en la BBC”, sentenció.“A ustedes se les activó el ADN judío el 7 de octubre. A mí, el ADN democrático. Estamos en la misma pelea, lo primero que ha pasado ha sido una oleada criminalizadora contra Israel que empezó el mismo 7, prácticamente el 8 de octubre” sentenció. “No tengo a mano los datos actualizados, pero el 8 de octubre ya había aproximadamente 40.000 bots rusos e iraníes criminalizando a Israel del ataque. El 8, día siguiente. En mi ciudad, en Barcelona, ya había una manifestación donde había banderas LGTB diciendo que viva Palestina. Es mismo día hice una especie de memorándum de 10 puntos diciendo: van a demonizar a Israel, la van a criminalizar, la prensa la va a culpar, palestinos van a ser todos niños, mujeres y piedrecitas e Israel va a masacrar porque es lo que hace normalmente. Todo esto y pasó. ¿Por qué? Primero por algo que es muy importante: el odio antisemita en sus vertientes, la última, la antisionista. Si no, pregúntense por qué el único país del mundo criminalizado y que con normalidad se puede decir que hay que destruirlo es el Estado Judío. El único pueblo del mundo al que se le ha hecho una industria de exterminio”. LAS CENIZAS QUE VEMOSSegún Pilar Rahola, Oriente Medio está viviendo una transformación histórica: el círculo de fuego que rodeaba a Israel está desapareciendo. Durante décadas, el país estuvo cercado por grupos armados y regímenes hostiles, todos apoyados y financiados por Irán. Hezbollah en Líbano; Hamas y la Yihad Islámica en Gaza; las milicias chiitas en Irak; los hutíes en Yemen y, el propio régimen iraní conformaban, un cerco diseñado para “incendiar el ente sionista”. Israel, afirma, enfrentaba potencialmente guerras simultáneas en hasta cinco frentes.Sin embargo, tras el ataque del 7 de octubre y la respuesta israelí, Rahola sostiene que ese “círculo de fuego” es hoy un “círculo de cenizas”. Hamas estaría “desmontada”, con sus líderes eliminados y sus estructuras destruidas. En Gaza, incluso, “los beduinos comienzan a enfrentarse a Hamas”, dice. En Líbano, Hezbollah habría perdido poder, mientras Siria estaría “tutelada” militarmente por actores extranjeros y en vías de negociación con Israel e Irán, el gran enemigo, ha demostrado debilidad tras recientes ataques.“El mundo sin Hezbollah es mejor. Un mundo sin Hamas es mejor”, sentencia Rahola, argumentando que Israel ha hecho el “trabajo sucio” del mundo. En su visión, Israel emerge como la única potencia militar real en la región, camino a convertirse también en potencia económica, lo que abre paso a una nueva etapa diplomática y estratégica en Medio Oriente.LO QUE PARECÍA IMPOSIBLE COMIENZA A PERFILARSEPilar Rahola destaca que el verdadero objetivo estratégico en Medio Oriente es convertir la región en un “hub económico y energético”, con Israel como eje central. Según explica, tras la caída militar de los enemigos tradicionales —Hezbollah, Hamas, Siria e incluso el debilitamiento de Irán—, se abre una oportunidad histórica para reorganizar el mapa geopolítico. Israel, convertido ahora en la única potencia militar estable, está posicionándose también como un actor clave en la exportación de gas y recursos energéticos.“Quieren que Oriente Medio se convierta en un auténtico hub económico”, señala Rahola, asegurando que esta estrategia está impulsada principalmente por Israel y Estados Unidos. Países árabes que históricamente veían a Israel como enemigo, como Arabia Saudita, el Líbano, Egipto o Jordania, buscan hoy acuerdos económicos y comerciales con el Estado de Israel.Para Rahola, la causa palestina ha perdido relevancia en el mundo árabe: “Nadie quiere que Hamas siga en Gaza”. Arabia Saudita y otros actores clave ven la desaparición de Hamas como una condición necesaria para formalizar acuerdos. Así, el desarrollo económico, la explotación de los recursos energéticos y la estabilidad comercial se convierten en prioridades para la región. “El mapa que tenemos ahora nunca lo habíamos imaginado”, resume Rahola. En su visión, Israel se encamina a liderar un nuevo Oriente Medio más pragmático, económico y menos ideologizado.Como cierre, Pilar Rahola deja claro que el mapa de Oriente Medio está cambiando radicalmente. El llamado “ruedo de fuego” que rodeaba a Israel ha caído: Hezbollah debilitado, Siria fragmentada, Hamas desmantelado, Qatar, antes actor ambiguo, queda reducido a un papel marginal y un Irán humillado. Con esa victoria militar, señala que se abre ahora un camino diplomático donde los Acuerdos de Abraham avanzan, quizás primero con países periféricos, pero con la perspectiva real de sumar a Siria o Líbano en el futuro o incluso naciones como Indonesia —el país musulmán más poblado del mundo. Lo que parecía imposible comienza a perfilarse. Sobre Gaza, reconoce incertidumbres, pero ve claro que la reconstrucción no será solo israelí: Egipto, Arabia Saudita y otros países del entorno estarán involucrados, tanto en el reasentamiento de gazatíes como en la administración política. Así, Rahola afirma que Israel ha ganado la guerra y está liderando el rediseño del nuevo Oriente Medio y llama a los judíos a sentirse orgullosos, a preservar su identidad y a unirse frente a los desafíos actuales. Reconoce que no será fácil ser judío ni defender la democracia, pero insiste en que es un legado que vale la pena proteger.

    James Rothman, Premio Nobel de Medicina

    James Rothman, hijo de Martin Rothman, pediatra, y de Gloria Hartnick, ambos judíos, nació el 3 de noviembre de 1950 en Haverhill, Massachusetts. Obtuvo su diploma de secundaria en la Escuela Pomfret en 1967, luego recibió su licenciatura en física en la Universidad de Yale en 1971 y su doctorado en química biológica en Harvard en 1976.Después de su doctorado, Rothman realizó una investigación postdoctoral en el Instituto Tecnológico de Massachusetts trabajando en la glicosilación de proteínas de membranas.  Se trasladó al Departamento de Bioquímica de la Universidad de Stanford en 1978. Estuvo en la Universidad de Princeton de 1988 a 1991, antes de ir a Nueva York para fundar el Departamento de Bioquímica Celular y Biofísica en el Centro Oncológico Memorial Sloan-Kettering, donde también se desempeñó como vicepresidente de ese Instituto.En 2003, dejó Sloan-Kettering para convertirse en profesor de fisiología en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia y director del Centro de Biología Química de Columbia. Se trasladó de Columbia a Yale en 2008, conservando un nombramiento a tiempo parcial en Columbia.Desde 2013 también ocupa un puesto como Profesor Residente Distinguido en el Instituto de Estudios Inmunoquímicos Avanzados de la Universidad Tecnológica de Shanghai. Es profesor de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Yale, presidente del Departamento de Biología Celular de la Facultad de Medicina de Yale y director del Instituto de Nanobiología del Campus Oeste de Yale. Rothman también ejerce simultáneamente como profesor adjunto de fisiología y biofísica celular en la Universidad de Columbia y profesor de investigación en el Instituto de Neurología del University College de Londres.  Las células de nuestro cuerpo producen una gran cantidad de moléculas diferentes que se envían a sitios específicos. Durante el transporte, muchas de estas moléculas se agrupan en diminutas estructuras en forma de saco llamadas vesículas. Estas vesículas ayudan a transportar sustancias a diferentes lugares dentro de la célula y envían moléculas desde la superficie celular como señales a otras células del cuerpo.Durante las décadas de 1980 y 1990, James Rothman demostró cómo las vesículas se fusionan con superficies específicas de la célula para que las sustancias transportadas lleguen a su destino correcto. Este tráfico celular subyace a muchas funciones fisiológicas críticas, como la propagación de la propia célula en la división celular, la comunicación entre las neuronas del cerebro, la secreción de insulina y otras hormonas en el cuerpo, y la absorción de nutrientes. Los defectos en este proceso provocan una amplia variedad de afecciones, como la diabetes y el botulismo.Rothman recibió el Premio Nobel de Medicina de 2013 por sus descubrimientos de la maquinaria que regula el tráfico de vesículas, un importante sistema de transporte en nuestras células.  Rothman es miembro de la Academia Nacional de Ciencias y de su Instituto de Medicina. Recibió muchos otros honores, incluido el Premio Internacional Rey Faisal en 1996, el Premio Louisa Gross Horwitz de la Universidad de Columbia, el Premio Albert Lasker de Investigación Médica Básica, ambos en 2002, el Premio Kavli de Neurociencia en 2010 por descubrir la base molecular de la liberación de neurotransmisores.  Está casado con Joy Hirsch, quien es una destacada profesora de neurobiología y siquiatría en la Universidad de Yale.

    El terrorismo en LATAM dejó de ser una simple amenaza en 1992

    Los atentados contra la Embajada de Israel en Buenos Aires (1992) y contra la sede de la AMIA (1994) marcaron el inicio de las actividades del terrorismo islámico en América Latina, liderado por Hezbolá. Se trata de los ataques más graves de la historia argentina y los más mortales contra objetivos judíos fuera de Israel desde la Segunda Guerra Mundial.Su magnitud responde a la aspiración del régimen iraní de transformar no solo su propia sociedad, sino también de exportar su revolución. Esta expansión comenzó en El Líbano, con la creación de Hezbolá, que hoy actúa como brazo armado de Irán en Medio Oriente y como una red criminal transnacional con creciente presencia en América Latina.Aunque muchos son, o prefieren ser, escépticos, existe evidencia de su existencia en nuestro continente. Emanuele Ottolenghi, investigador de la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), ha señalado que Hezbolá mantiene una estructura activa en América Latina, con especial foco en la Triple Frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay. Esta zona es ideal para actividades criminales debido a la superposición de tres jurisdicciones, idiomas y monedas, controles fronterizos débiles, tres aeropuertos internacionales que movilizan millones de pasajeros y rutas de contrabando consolidadas.En 2019, el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro alertaba: “Se trata de una organización terrorista que opera en la región, especialmente en América del Sur. Es una amenaza para la paz y la seguridad del hemisferio”. En 2016, ya había advertido sobre el reclutamiento de jóvenes latinoamericanos por parte del Estado Islámico a través de redes sociales, señalando su preocupación por posibles atentados en la región. Durante los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro ese mismo año, Brasil reforzó los controles fronterizos reconociendo el riesgo latente, especialmente en la zona de la Triple Frontera.Otro centro clave para las operaciones de Hezbolá en la región sería Venezuela. “La dictadura de Nicolás Maduro no solo permite la presencia del movimiento terrorista, sino que actúa como un aliado cercano, proporcionando un entorno de colaboración activa”, dice Ottolenghi. Este país tendría una función estratégica: servir como puerto de entrada de agentes, centro de operaciones militares, núcleo de propaganda ideológica y plataforma logística.En este contexto, no puede pasarse por alto el episodio del avión venezolano-iraní que aterrizó en el aeropuerto de Ezeiza, Argentina, en 2022, con tripulantes vinculados a organizaciones terroristas y al régimen iraní. Esto mientras otro avión venezolano-iraní había aterrizado en Chile al menos 13 veces entre marzo y junio de 2022, permitiendo el ingreso de diez tripulantes de origen iraní a nuestro país.Chile: ampliamente aludidoEl investigador chileno Alejandro Salas Maturana, de la Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos (ANEPE), ha señalado la existencia de presencia operativa de Hezbolá en el puerto de Iquique, lo que demuestra que la amenaza no es lejana ni hipotética.Es más, en 2024 Patricia Bullrich dijo públicamente que este grupo terrorista desarrolla actividades en Chile, lo que molestó al presidente Boric y generó un problema diplomático. La controversia se zanjó y Bullrich entregó a la entonces ministra del Interior, Carolina Tohá, un informe con toda la información recabada por su país sobre la penetración del grupo en la región, incluido Chile. El documento refiere a la ya conocida “Triple Frontera” pero suma la “triple frontera Andina”: Chile, Perú y Bolivia. También menciona a personas como Hatem Ahmad Barakat, vinculados al atentado AMIA, e incluso a un libanés-estadounidense que habría ingresado a nuestro país en mayo de 2014 para dirigirse a Bolivia para establecer un depósito de explosivos para ejecutar un atentado que pudo desarticularse.  También entregó antecedentes del avión iraní Maham Air, operado por la venezolana Conviasa, que habría volado varias veces entre Caracas y Santiago, transportando presuntamente armas, personal o equipos vinculados a Hezbolá y la Fuerza Quds.A ello se agregan los dichos de Marco Rubio, que durante una sesión del subcomité de Relaciones Exteriores del Senado de EE.UU. (2024). “Creo que hay motivos para preocuparse de que no estén haciendo lo suficiente para acabar con estas redes financieras desde el lado chileno, a pesar de nuestras sanciones y otras que identifican a Hezbolá como lo que es. El entonces senador, y ahora Secretario de Estado, agregó: “Chile se ha abstenido de designarlo como organización terrorista. ¿Creemos que están haciendo lo suficiente para reprimir sus operaciones en el país?”, preguntó. Un año después (abril 2025), la Cámara de Diputadas y Diputados de Chile aprobó una iniciativa que solicita al presidente Gabriel Boric reconocer al grupo islámico Hezbolá como una organización terrorista, habida cuenta de “su implicación en actos de violencia y desestabilización en diversas regiones del mundo”. También pidió al mandatario que lleve a cabo acciones que ayuden a prevenir “cualquier intento de actividad o influencia de esta organización en el territorio nacional” y colabore con "países aliados y organismos internacionales a fin de establecer un frente común contra Hezbolá y otras organizaciones similares que representen una amenaza para la paz y la estabilidad”.Cabe destacar que Hezbolá ha sido catalogado como organización terrorista por varios países de la Unión Europea, EE.UU. y Canadá, entre otros. En Latinoamérica lo han hecho Argentina, Paraguay, Colombia, Honduras y Guatemala.Es claro que Chile debe tomar nota de lo que se dice desde distintos frentes. En 2024, Argentina confirmó que el ataque a la AMIA fue perpetrado por Irán, es decir, el terrorismo islámico está en LATAM hace más de 30 años, y “tendría capacidad operativa para llevar a cabo ataques como los que han golpeado a otras partes del mundo", según el director del Centro de Estudios Islámicos Al-Qurtubi, con sede en Bogotá.Kenneth Bunker, doctor en Ciencia Política de la London School of Economics, fue aún más allá, haciendo el vínculo entre distintas organizaciones criminales. Tras la controversia por el informe de la ministra Bullrich, dijo: “Si el gobierno de Boric admite que el Tren de Aragua está presente en el país, ¿no debiese haber tomado prescindencia sobre Hezbolá, al que no considera una amenaza real? Su reacción es desproporcional por razones ideológicas”.Cabe preguntarse si esas razones ideológicas inhiben a la autoridad de juzgar los hechos en su mérito.Gabriel Silber, encargado de Asuntos Públicos de la Comunidad Judía de Chile (CJCh), advirtió esta semana en un programa de radio que: “Cuando al inicio de esta administración se dijo que el Tren de Aragua no operaba en Chile, la realidad nos golpeó. De la misma forma hemos recibido alertas e informes sobre Hezbolá, y los hechos han acreditado su presencia en nuestro país. Negar la amenaza del crimen organizado fue un error, tal como es negar la del terrorismo”.

    A 31 años de impunidad

    Tres décadas han pasado desde que una bomba destruyó el edificio de la AMIA en Buenos Aires, asesinando a 85 personas e hiriendo a más de 300 personas. Fue el atentado antisemita más grave en la historia de América Latina, un acto brutal de terrorismo internacional cuyas cicatrices siguen abiertas por una razón tan dolorosa como el crimen mismo: la impunidad.Durante décadas, la causa AMIA ha sido un símbolo global de la frustración e inacción frente a los crímenes de odio sin castigo. Pero también se ha transformado, en estos últimos años, en una señal de resiliencia y en un NO MÁS. La reciente decisión de avanzar en un juicio en ausencia contra los terroristas iraníes que perpetraron el ataque, a pesar de las dificultades legales y políticas, representa un paso tremendamente valiente. No nos confundamos.  Esto no es venganza. Es el compromiso que todo país debiera tener con sus ciudadanos. Recordar el atentado a la AMIA es, por sobre todo, una advertencia. El terrorismo no es una amenaza lejana ni ajena a nuestra región. Las investigaciones judiciales y de inteligencia han demostrado, con pruebas contundentes, la responsabilidad de altos funcionarios del régimen iraní y de Hezbollah en la planificación y ejecución del atentado. Estas conexiones no se detuvieron en 1994. Hoy, siguen existiendo redes de influencia, financiamiento y adoctrinamiento en América Latina que requieren de atención urgente.El terrorismo internacional muta, se infiltra, se adapta a las nuevas realidades, pero mantiene su núcleo intacto: el desprecio absoluto por la vida y la democracia. Ignorarlo o minimizarlo, por conveniencia política o por ingenuidad, solo allana el camino para que la historia se repita. La seguridad regional no puede seguir siendo una asignatura pendiente. Es hora de que todos los Estados latinoamericanos reconozcan, sin ambigüedades, la gravedad de la amenaza y adopten mecanismos efectivos de cooperación y prevención.La memoria de lo ocurrido en AMIA debe impulsarnos a pasar del duelo a la acción. Honrar a las víctimas implica exigir justicia, pero también implica actuar con determinación para que ninguna comunidad, en ningún país, vuelva a sufrir una tragedia similar. Porque cuando el terrorismo golpea, no distingue fronteras ni credos. Como advirtió el fiscal argentino Alberto Nisman, asesinado mientras investigaba este caso: “El terrorismo no busca solo matar personas. Busca paralizar, sembrar miedo, doblegar democracias.”Es nuestra tarea, que no lo logren.

    “VALORAMOS LOS AVANCES, PERO AÚN FALTAN LOS RESPONSABLES”

    Este viernes se cumplen 31 años del fatídico atentado a la AMIA, que terminó con la vida de 85 personas, dejó a cientos de heridos y que, décadas más tarde, cobraría su víctima número 86: el fiscal Alberto Nisman.El ataque fue perpetrado no solo en contra de la comunidad judía, sino que también en contra de toda la sociedad argentina. El ataque afectó a cientos de no judíos, demostrando que el terrorismo no distingue credo, raza, edad o nacionalidad. Cabe recordar especialmente a dos víctimas fatales relacionadas con nuestro país: Carlos Avendaño Bobadilla, un chileno que se desempeñaba como electricista en la AMIA y Susy Wolynski, esposa del rabino Ángel Kreiman, quien vivió en Chile durante 20 años y realizó una encomiable labor de beneficencia.Han sido 31 años de dolor e impunidad. Se han sucedido pedidos de captura internacional (1999 y 2006). Un memorándum de entendimiento entre Argentina e Irán (2013), el asesinato del fiscal Nisman (2015), y la condena al juez Galeano (inicialmente a cargo del caso), exfuncionarios de inteligencia y exjueces por encubrir la investigación original del atentado (2018). Hace un mes, se anunció un juicio en ausencia de iraníes y libaneses, ante la imposibilidad de extraditarlos. Sin embargo, aún no hay condenados por el ataque.Conmemoramos este día para mantener viva la memoria, honrar a las víctimas y sus familias, y exigir justicia, pero también para recordar que el terrorismo es un peligro latente, que nos obliga a abrir los ojos y tomar medidas.“Recuerdo una lluvia de vidrios, traté de ver y no pude, escuché gritos. A la salida del edificio pude ver el horror”, ha relatado en distintos medios Daniel Pomerantz, director ejecutivo de AMIA y sobreviviente del atentado, quien conversó con La Palabra Israelita.A 30 años del ataque, Argentina reconoció que Irán fue responsable del ataque ¿qué falta?“Valoramos que eso haya sucedido, pero falta una sentencia, y sobre todo, responsables.El pueblo judío tiene una tradición vinculada con la memoria, y por eso, año tras año, en cada aniversario, y obviamente en este “mes de la memoria, pedimos justicia.Para que haya justicia tiene que haber una sentencia contra los autores materiales e intelectuales del atentado”.¿Contribuye el anuncio de juicio en ausencia?“Desde hace muchos años la justicia argentina ha señalado la responsabilidad de iraníes y libaneses, lo que mereció un pedido de alertas rojas a Interpol, es decir, que sean apresados toda vez que salgan del país, porque por supuesto dentro de Irán se mueven libremente.La ley de juicio en ausencia permite el seguimiento del proceso penal a pesar de que esas personas están en rebeldía y no vienen a la Argentina a presentarse en el juicio.Esto implica la posibilidad que la justicia pueda determinar responsabilidad a través de una sentencia que señale definitivamente quién es el culpable. Esto daría a las víctimas al menos una satisfacción moral, porque las décadas de sufrimiento que han pasado tantas personas, tanto familiares de las víctimas mortales como sobrevivientes, no va a ser mitigado”.¿Argentina tienen una mirada distinta de lo que significa Irán en relación con otros países de Latinoamérica? “Argentina tiene una comprensión mayor al promedio de los países del mundo, porque conoció el horror en el 94, y por supuesto, dos años antes en el atentado contra la embajada de Israel. Argentina sabe qué significa Irán como exportador de terrorismo”.Considerando esa experiencia, ¿el mundo es más seguro tras los ataques Irán?“¡Por supuesto! Por un lado, Israel necesitaba encarar un peligro existencial. Por otro lado, y como consecuencia de la operación, el mundo es un lugar más seguro hoy”.¿Cuál es el mensaje que deja este nuevo aniversario, no solo para Argentina, sino para toda la región?“Desde el punto de vista comunitario, sentimos el apoyo de las comunidades judías de toda Latinoamérica. Hay un fuerte sentido compartido de memoria y reclamo. Hacia los países de la región, el mensaje es claro: Argentina no puede lidiar sola con la complejidad de prevenir y combatir el terrorismo. Es necesario que se trabaje en forma conjunta. Necesitamos colaboración. No se trata de ayudar a Argentina; se trata de prevenir que el terrorismo eche raíces en nuestra región, que—a pesar de sus graves problemas sociales, económicos y políticos— es una región de paz, sin guerras.Es fundamental el compromiso de los Estados y el apoyo continuo de las comunidades judías regionales”. 

    ¿Cómo se puede encontrar el sentido y el propósito en la vida después de una tragedia como el atentado de la AMIA?

    Harold Kushner, quien escribió tras la muerte de su hijo, nos desafía a buscar no el “por qué” del sufrimiento, sino el “para qué” de nuestra vida tras él. “No todo tiene una razón que podamos entender, pero todo puede tener un propósito que decidamos asumir”. A veces, la presencia divina se eclipsa —como la hester panim, el ocultamiento del rostro de D-os—pero incluso allí, el ser humano puede elegir ser luz en la oscuridad.En ese sentido, el judaísmo nos llama a la responsabilidad sagrada: no explicar el mal, sino responder al mal con bien. El concepto de Tikun Olam —reparar el mundo— no es una utopía ingenua, sino un llamado concreto. Como enseñó Heschel, “lo que D-os exige de nosotros no es una teología correcta, sino un corazón sensible y manos dispuestas a actuar”.Frente a la violencia, la respuesta judía no es el cinismo ni el nihilismo, sino el compromiso renovado con la vida, con la justicia, con el otro. Quien ha sufrido una tragedia no está obligado a “entenderla”, pero puede decidir transformar su dolor en fuerza moral, su memoria en responsabilidad.Como dice el profeta Isaías (58:10): “Si das tu alma al hambriento y sacias al alma afligida, tu luz nacerá en las tinieblas, y tu oscuridad será como el mediodía.”El judaísmo no ofrece respuestas simples al dolor, pero sí ofrece una presencia que sufre con nosotros, un llamado a la responsabilidad, y una visión de sentido que nace en la acción compasiva. D-os sigue buscando al hombre; nuestra tarea es responder con fidelidad, aún —y sobre todo— en medio del dolor Hineni- aca estoy de cuerpo y alma para asumir la responsabilidad de letaken olam bemaljut shadai.

    Paul Heyse, Premio Nobel de Literatura

    Paul Heyse, de origen judío, nació el 15 de marzo de 1830 en Berlín. Su padre, el distinguido filólogo Karl Wilhelm Ludwig Heyse, era profesor en la Universidad de Berlín y había sido tutor del hijo menor de Wilhelm von Humboldt y de Felix Mendelssohn. Su abuelo paterno fue Johann Christian August Heyse, un famoso gramático y lexicógrafo alemán. Heyse asistió al Friedrich-Wilhelms-Gymnasium hasta 1847, donde fue un estudiante modelo. Sus conexiones familiares le valieron una temprana entrada en los círculos artísticos de Berlín. Después de dejar la escuela, Heyse comenzó a estudiar filología clásica, y en 1849 se unió al grupo literario Tunnel. Después de estudiar dos años en la Universidad de Berlín, en abril de 1849 partió hacia Bonn para estudiar historia del arte y lenguas romances. En 1850, finalmente decidió emprender una carrera como escritor. El primer libro de Heyse, “Der Jungbrunnen” (una colección de cuentos y poesía) fue publicado de forma anónima por su padre ese mismo año, al igual que su tragedia “Francesca von Rimini”. En 1851, Heyse ganó un concurso organizado por los miembros del “Túnel” con la balada “Das Tal von Espigno”, y su primer cuento, “Marion” recibió el mismo honor. Le siguió en 1852 el “Spanisches Liederbuch”, una colección de traducciones de poemas y canciones populares de Geibel y Heyse que se convertiría en una de las favoritas de compositores como Robert Schumann, Adolf Jensen y Hugo Wolf.En mayo de 1852, Heyse obtuvo un doctorado por su trabajo sobre los trovadores, y una beca prusiana le permitió partir hacia Italia para buscar antiguos manuscritos provenzales; fue expulsado de la Biblioteca del Vaticano después de ser descubierto copiando pasajes de manuscritos inéditos. Regresó a Alemania en 1853, donde, con el paisaje italiano aún fresco en su mente, escribió su cuento más famoso, “L’Arrabbiata” (“La furia”), publicado en 1855.Completó el drama histórico “Ludwig der Bayer”, pero su producción teatral fue un fracaso. Sin embargo, Heyse trabajó durante toda la década de 1860 en nuevas obras y finalmente logró su mayor éxito con “Kolberg” en 1865. Durante las siguientes tres décadas, Heyse continuó escribiendo prolíficamente. A pesar de una serie de duelos, su vida transcurrió sin incidentes y su fama creció constantemente hasta convertirse en una figura mundialmente famosa, siendo considerado en vida el mayor genio lírico alemán después de Goethe. Fue apodado Dichterfürst, príncipe de la poesía, y trabajó incansablemente para promover el entendimiento internacional dentro de Europa.En 1900 fue nombrado ciudadano honorario de Múnich y varias publicaciones especiales honraron su 70° cumpleaños; en 1910 fue nombrado miembro de la nobleza, antes de recibir el Premio Nobel de Literatura el 10 de diciembre. Murió en Munich el 2 de abril de 1914, varios meses antes del estallido de la Primera Guerra Mundial. Una calle y un túnel en Múnich, “Paul-Heyse Strasse” y “Paul-Heyse-Unterführung”, llevan su nombre, así como “Heysestrasse” en Hamburgo, Bergedorf. Autor de unos 120 cuentos, 6 novelas, 60 obras de teatro y versos, entre ellos “L’Arrabbiata”, “La muchacha de Treppi”, “Andrea Delfín”, e “Hijos del mundo”.Heyse tuvo cuatro hijos de su primer matrimonio. El 30 de septiembre de 1862 su esposa Margarete murió de una enfermedad pulmonar. Se casó con Anna Schubart en 1867.

    Proyecto Dinah expone violencia sexual de Hamás como instrumento de genocidio

    El Proyecto Dinah, fundado por expertas legales y de género en respuesta a la masacre del 7 de octubre de 2023, presenta su informe “A Quest for Justice: October 7 and Beyond”, que documenta con rigor el uso de la violencia sexual por parte de Hamas como arma de genocidio. La investigación, basada en testimonios de 15 ex rehenes, 17 testigos y decenas de fuentes adicionales, ofrece el marco legal necesario para llevar estos crímenes a tribunales internacionales y hacer que los perpetradores rindan cuentas. Lo que surge del reporte es una estrategia premeditada: violaciones grupales, mutilación genital, ejecuciones tras violación, desnudez forzada, humillación pública y amenazas de matrimonios coactivos fueron orquestados para deshumanizar a las víctimas. Se produjeron en al menos seis lugares distintos—incluyendo el festival Nova, bases militares y kibutzim—y continuaron en cautiverio, evidenciando una violencia extendida y sincronizada. El alcance es devastador: cuerpos hallados atados a árboles, mutilados, desnudos y acribillados, algunos hasta con necrofilia. El silencio forzado de las víctimas—la mayoría asesinadas o tan traumatizadas que no pueden declarar—ha sido un obstáculo para la justicia. El informe insta a cambiar la forma de procesar crímenes sexuales en contextos de guerra, aceptando evidencia forense, visual y testifical colectiva, en vez de solo testimonios individuales. La exposición de estos actos cumple un doble objetivo: contrarrestar la negación global y forzar a organismos internacionales—ONU, Corte Penal Internacional, países aliados— a reconocer que Hamas empleó la violencia sexual como táctica genocida. El informe se presentó ante la Primera Dama de Israel, Michal Herzog, y ha sido transmitido al Consejo de Seguridad de la ONU y a diplomáticos clave en Occidente y Asia. El Proyecto Dinah simboliza la defensa de las voces silenciadas, usando el nombre bíblico de Dinah para denunciar esta atrocidad histórica. Su misión es clara: visibilizar, documentar y perseguir justicia internacional para las víctimas del 7 de octubre. Así, se desnuda una realidad brutal: la violencia sexual fue una herramienta del genocidio, diseñada para aterrorizar, humillar y eliminar. Es hora de responder con denuncia, solidaridad y acción legal contundente.---El Proyecto Dinah está compuesto por expertas legales y feministas decididas a que el mundo nunca olvide la atrocidad de la violencia sexual y las atrocidades de género perpetradas el 7 de octubre de 2023 y el abuso continuo de los rehenes. Se dedican a hacer justicia a esas víctimas y a todas las futuras víctimas de la violencia sexual relacionada con los conflictos.

    Comunidad judía participó en concierto por la paz convocado por el Cardenal Fernando Chomalí

    Para hacer presente el llamado al diálogo y la paz del Papa León XIV, el Cardenal Fernando Chomali convocó a la Comunidad Judía y la Palestina al Concierto Orante “Cantando desde el alma”, el domingo pasado. La comunidad judía participó con entusiasmo sumándose a personas de todas las creencias que comparten el anhelo de armonía. Entre los asistentes destacaron el presidente de la CJCh, Alfredo Misraji, Yael Gottlieb, directora y Dafne Englander, directora ejecutiva. También asistieron el Capellán judío de La Moneda, rabino Eduardo Waingortín, Gabriel Zaliasnik expresidente de la CJCh, Guila Bergstein, presidenta de B'nai B'rith y miembros de la comunidad.La dirigencia de la Comunidad Palestina se restó del encuentro organizado por el Arzobispado de Santiago.  En su discurso, el Cardenal Chomali hizo un llamado a “no traspasar dolores ni rencores a las futuras generaciones”, apelando a la larga historia de convivencia entre ambas comunidades en Chile. “Nuestros vínculos son de larga data en colegios y universidades, en hospitales y en clínicas, en la cultura, en la academia y en la política, en el vecindario y en los negocios. También se han generado vínculos familiares… Somos, antes que todo, seres humanos. Esa es nuestra raíz común y el punto de partida para cualquier diálogo verdadero”, afirmó.Uno de los momentos más emotivos fue cuando el arzobispo preguntó a los asistentes: “¿Tendremos el arrojo, la valentía y la madurez para no traspasar los dolores y rencores que ha suscitado el grave conflicto en Medio Oriente a los más jóvenes que hoy comparten una misma sala de clases, un mismo barrio, un mismo ideal de vida, como aconteció con muchos de los que estamos aquí? Es una herencia que las futuras generaciones no se merecen”. La música, interpretada con profunda emotividad, se convirtió en un lenguaje común que tocó el alma de los presentes. “La violencia es un fracaso”, recordó Chomali, quien agradeció la presencia de cada uno como un gesto de esperanza.--"Como presidente de la Comunidad Judía de Chile, quiero expresar nuestro más sincero agradecimiento al Cardenal Fernando Chomalí por acoger nuestra propuesta y transformarla en una velada tan significativa como la que vivimos este domingo. Sabemos que fue un gran esfuerzo, y valoramos profundamente el trabajo realizado para hacer posible este encuentro. Más de 600 personas, entre ellas autoridades de gobierno, alcaldes, parlamentarios, diplomáticos y representantes de distintas confesiones religiosas y comunidades, nos reunimos en un mismo espacio para orar y renovar nuestro compromiso con la paz. Fue una instancia de profunda unión y confraternidad, donde reafirmamos que lo que nos une es mucho más fuerte que lo que nos separa. Cuando trabajamos juntos, es posible construir puentes de respeto, diálogo y esperanza para todo Chile".-Alfredo Misraji

    Hacia el estancamiento estratégico

    Recientemente, Israel conmemoró el 49º aniversario de la operación de Entebbe, en la que rescató a 102 rehenes que habían sido secuestrados por la OLP y llevados a Uganda tras el secuestro de un vuelo de Air France. La operación es recordada como una hazaña audaz y exitosa, pero en su momento generó duras críticas en los foros internacionales. Países árabes y africanos presentaron resoluciones condenatorias en las Naciones Unidas, y el entonces Secretario General calificó el rescate como una “grave violación de la soberanía de un Estado miembro”.La historia se repite. Israel está acostumbrado a recibir críticas, incluso ante éxitos militares que benefician no solo su seguridad, sino también la estabilidad global. En 1981, por ejemplo, la destrucción del programa nuclear iraquí provocó un profundo quiebre entre el presidente Ronald Reagan y el primer ministro israelí Menachem Begin. Imagínense si Sadam Hussein hubiera obtenido armas nucleares. Pero los esfuerzos israelíes por defender su existencia son frecuentemente condenados por una comunidad internacional que, como ha señalado Dara Horn, no odia a los judíos per se, sino que no tolera la idea de judíos fuertes que se defienden. Solo aman a los judíos muertos, dice Horn. En el último año, Israel ha acumulado una serie de éxitos militares notables: ha debilitado severamente a Hamás y Hezbolá, ha golpeado a los Hutíes y ha causado un daño significativo —quizás irreversible— al programa nuclear iraní. Incluso se especula con un posible acuerdo de normalización con Siria. Estas acciones han desarticulado la estrategia iraní de rodear a Israel con milicias proxy.Y, sin embargo, las críticas recrudecen. Una encuesta del Pew Research Center reveló que en más de 20 países la mayoría de la población tiene una imagen negativa de Israel. En Brasil y México, la cifra ronda el 60%; en España y Suecia, supera el 75%. Incluso en Estados Unidos, donde históricamente Israel ha contado con amplio respaldo, la mayoría de la población expresa hoy una visión crítica del Estado judío.Israel ha aprendido a no dejarse guiar por la opinión internacional. Pero eso ya no es del todo posible. La edad media en Occidente es inferior a los 40 años. En Chile, ronda los 36. Esta generación no recuerda la oleada de atentados y secuestros que la OLP perpetró en Europa en los años 70 y 80. No vivió el intento palestino de derrocar al régimen hachemita en Jordania. Apenas tiene memoria del atentado a las Torres Gemelas. Su única referencia viva es la imagen de un Israel poderoso que responde con fuerza a las provocaciones de Hamás y Hezbolá. Un David y Goliat invertido.Incluso si las autoridades comprenden el trasfondo histórico y estratégico de las acciones israelíes —lo que no es del todo seguro—, no pueden ignorar completamente este cambio en la opinión pública. Israel tampoco.España, junto con Irlanda y Noruega, ha reconocido un Estado palestino. Francia podría seguir el mismo camino. Mientras tanto, los ataques contra comunidades judías se han incrementado y muchos judíos en el mundo reportan sentirse excluidos de universidades, organizaciones civiles y eventos culturales.Nada de esto significa que Israel deba sacrificar su seguridad en pos de aprobación internacional. El apaciguamiento no es una estrategia viable. Pero tampoco puede ignorar el hecho que el aislamiento conlleva costos: alianzas debilitadas, oportunidades económicas perdidas, y riesgos reales para la seguridad de las comunidades judías fuera de sus fronteras.Al final, la guerra solo sirve para demostrar que la guerra no sirve. La paz entre Israel y Egipto llegó después de dolorosos reveses militares en 1967 y 1973. Las guerras civiles en Líbano y Yemen terminaron del mismo modo. También el conflicto entre Irán e Irak. La guerra es diplomacia, por otros medios, observó Clausewitz.Pero para que eso ocurra, se requiere un cambio de mentalidad. No solo por parte de Israel, sino también del liderazgo palestino y sus simpatizantes en la izquierda progresista global, que siguen aferrados a la narrativa, impulsada por la propaganda soviética en los años 60 y 70, de que Israel es un experimento colonial. A diferencia de los británicos y franceses, los israelíes no abandonarán su territorio bajo presión de violencia. Tarde o temprano, ambos pueblos comprenderán los límites del poder: una suerte de equilibrio político, un punto de estancamiento que no representa una derrota, sino una estrategia para la paz.

    NI LAS SIRENAS NI LOS MISILES LOGRAN ROMPER EL VÍNCULO CON NUESTRA TIERRA ANCESTRAL

    Probablemente, muy pocas personas en el mundo viajarían a un país en guerra. Por eso conmueve profundamente que, desde 2023, decenas de miles de israelíes que estaban en el extranjero solicitaran retornar en vuelos de emergencia. De hecho, el mes pasado, durante el conflicto con Irán, el gobierno lanzó una operación especial denominada Jazará Betujá (“Regreso Seguro”) que en pocos días logró repatriar a miles de israelíes, tanto por aire como por mar.Pero la historia no termina ahí. Lo que emociona es que, junto con quienes regresan a casa, miles de judíos de la diáspora han llegado a Israel como voluntarios, para colaborar desde el ataque de Hamás a Israel. Son personas que dejan atrás sus rutinas para sumarse al esfuerzo colectivo de sostener al país en una de sus horas más difíciles. Es un mensaje muy poderoso: ni las sirenas ni los misiles logran romper el vínculo con nuestra tierra ancestral.Diversas organizaciones se movilizaron rápidamente para coordinar la llegada de quienes querían contribuir con sus manos y su corazón en un momento crítico de la historia de Israel.Una de las tareas más urgentes ha sido reforzar la atención en hospitales. Con gran parte del personal médico movilizado en unidades de reserva o trabajando en condiciones extremas, los voluntarios asisten en áreas no médicas: acompañan a pacientes, trasladan suministros, ordenan equipos y contienen emocionalmente a quienes enfrentan situaciones de trauma. En centros como el Hospital Soroka en Be’er Sheva o el Sheba Medical Center en Tel Hashomer, los voluntarios internacionales ya se han convertido en parte vital del equipo.Otra urgencia ha sido la producción agrícola en el sur de Israel. Tras la evacuación de cientos de trabajadores y residentes de kibutzim, muchos campos quedaron desatendidos. Allí los voluntarios han tenido un rol clave: cosechan frutas y verduras, riegan cultivos, clasifican productos y ayudan a mantener viva una economía que alimenta a todo el país. En zonas como Sderot, Netivot o Kerem Shalom su trabajo no solo es útil, sino profundamente simbólico: la tierra no se abandona, se cuida y se defiende.En los kibutzim directamente atacados por Hamás, como Kissufim, Be’eri o Kfar Aza, los voluntarios han ayudado a recuperar el espacio para quienes fueron desplazados: “Han vivido traumas, todavía hay miembros secuestrados y nuestro papel es ayudar a que se sientan bien cuando regresen a casa”, indican.   Miles más colaboran en tareas logísticas y de apoyo a la población desplazada por la guerra. Reparten alimentos y medicamentos, cocinan para soldados y familias, organizan kits de higiene, y acompañan a personas mayores que han quedado solas. En centros comunitarios, refugios y escuelas reconvertidas en albergues, su presencia representa un mensaje claro: Israel no está solo. La solidaridad internacional no es solo un gesto, es una fuerza viva que abraza, sostiene y reconstruye.Con misiles en el cielo y familias en refugios, la comunidad judía global responde con algo más fuerte que el miedo: la unidad. Regresan los que se habían ido. Llegan los que nunca vivieron allí. Todos con una misma convicción: Israel se defiende, se reconstruye.Círculo Israelita y TaglitEl Círculo Israelita hizo posible este desafío, a través del programa Travesia, liderado por Vivi Kremer, y en conjunto con Taglit. Los participantes, guiados por Jessi Landes, aseguran que “no solo fue un viaje de voluntariado: fue una transformación que nos conectó con nuestra identidad judía, nuestra comunidad y nuestro compromiso con Am Israel”. Carol Alvo lo explica en detalle: “Israel es su gente, una sociedad desgastada por llevar más de 600 días viviendo en un país en guerra. Israel es Asher, que tiene campos agrícolas de plantación de pepinos y que no tiene mano de obra, ahí estuve. Israel es Roberto Meyer, que nos compartió la horrible historia de vivir en primera persona el 7 de octubre en un kibutz. Israel es también Anton, hermano de Alexander, barman de la fiesta Nova secuestrado en Gazac y asesinado por terroristas islámicos dentro de un túnel, ahí estuvimos acompañándolo. Israel es su gente, Israel es su pueblo, Israel somos los judíos de la diáspora. Fui a ser parte de todo esto y volví más orgullosa de ser judía. Hineni”.Muchos de los voluntarios que viajaron desde distintos rincones del mundo pisaron Israel por primera vez en sus vidas. No lo hicieron como turistas. Llegaron con el corazón en la mano y las mangas arremangadas, llamados por el alma judía. Fueron a decir con acciones lo que las palabras no alcanzan a expresar: ‘Estamos con ustedes. No están solos’.Lo que ha ocurrido desde 2023 es una señal fuerte y esperanzadora: Israel es más que un país, es una causa colectiva, es el hogar ancestral del pueblo judío.---Un grupo de voluntarias del Círculo Israelita reconoce el dolor, la resiliencia, y traen una lección. “Con mis propios ojos vi los vestigios de un holocausto en tiempos modernos. Vi en primera persona las escenas más brutales, que nunca habría pensado iba a ver y menos aún que el mundo iba a negar o ignorar”, dice que agregan:Vi con mis propios ojos casas creadas con amor, decoradas con dedicación, teñirse de sangre y repletas de balazos. No hay palabras suficientes… Estuvimos en la casa de la familia Bibas. Vimos sus juguetes, sus ropas, los vestigios de sus sueños truncados.Con mis propios ojos vi que hay seres que no tienen ningún respeto por la vida, y en vez de dedicar la vida que Hashem les regaló para hacer del mundo un lugar mejor, la usan para destruir.Con mis propios ojos vi también el dolor y a la vez la resiliencia de nuestra bella gente, que a pesar de que una vez más intentaron aplastar nuestra moral y nuestras vidas, nos volvemos a levantar cada vez más fuertes para seguir construyendo y velando por la continuidad de nuestro pueblo y nuestro hogar.Soy testigo y, por ello, responsable de mantener viva la memoria de los niños que fueron asesinados en sus propias camas, de aquellos que fueron calcinados en sus casas, de los que confiaron en sus vecinos y fueron traicionados por los mismos a quienes ayudaban a recibir los mejores tratamientos en hospitales israelíes.Me llevo el compromiso de educar para un mundo mejor, un mundo basado en el amor altruista que Hamas quiso destruir, pero que nunca logrará. Porque jamás dejaremos de ser quienes somos, y nuestra respuesta no será la muerte que desean para nosotros, sino la vida: nuestra continuidad, nuestra descendencia.Am Israel Jai”.

    El libro que devela lógicas milenarias de exclusión

    ¿Hasta dónde llega la crítica política al Estado de Israel? ¿Cuándo se transforma en hostilidad hacia lo judío? ¿Cómo ejercer una crítica honesta sin caer en antiguos discursos de odio?Estas preguntas son el corazón de Sionismo y Antisionismo: un debate necesario (RIL Editores), un libro coordinado por Sigal Meirovich, doctora en Filosofía, y Manuel Ferez, doctor en Sociología. La obra propone una reflexión urgente para un mundo donde, según sus autores, “la superficialidad y la cancelación dominan el espacio digital” y el debate público se ve erosionado por la simplificación y los prejuicios.A juicio de los coordinadores, el desafío contemporáneo no es evitar la crítica al Estado de Israel, sino saber distinguir entre un análisis fundado y un discurso de odio revestido de corrección política. “Lo que intentamos —afirman— es sintetizar décadas de debate académico y comunitario, para devolverlas al espacio público, la mesa familiar, la conversación democrática”.Uno de los puntos más polémicos abordados en el libro es la relación entre el discurso antisionista y el antisemitismo clásico. Según Manuel Ferez, esta conexión es innegable:“Hoy muchos tropos del antisemitismo clásico se han incorporado al discurso antisionista”.Aunque aclara que los discursos antisionistas suelen buscar legitimidad distanciándose del antisemitismo, Ferez advierte que la narrativa predominante ha pasado de una crítica política a una deslegitimación total del nacionalismo judío, a menudo desde espacios de poder académico y mediático.“Se ha vuelto común presentar el sionismo como homogéneo, ilegítimo y dañino, algo que nunca fue. Esa visión ha ganado terreno no por medio de un debate serio, sino por la simplificación violenta del fenómeno”.A eso se suma —agrega— una paradoja inquietante: mientras otros nacionalismos surgidos en el siglo XIX no son cuestionados con la misma intensidad, el caso judío es sometido a un escrutinio desproporcionado.“¿Por qué el nacionalismo judío provoca este nivel de debate, mientras nadie discute con la misma fuerza el nacionalismo kurdo o armenio?”, se pregunta Ferez.En este escenario, Sigal Meirovich pone el foco en los dilemas éticos que plantea el antisionismo cuando deja de ser una crítica política legítima y se convierte en una negación existencial.“Criticar las políticas de un Estado es legítimo y necesario. Pero cuando esa crítica niega el derecho del pueblo judío a tener un Estado, estamos ante una forma de ‘singularización negativa’: la idea de que los judíos son el único pueblo que no tiene derecho a la autodeterminación”.Para ella, el problema no radica en el disenso político —presente incluso dentro de la propia sociedad israelí— sino en los discursos que, bajo la apariencia de progresismo, repiten lógicas milenarias de exclusión.El libro también ofrece una dimensión filosófica del sionismo. “Reducir el sionismo a una respuesta a la persecución sería concederle al otro demasiado poder. Eso equivale a situar la identidad judía en un lugar pasivo, como algo que debe ser resuelto por otros”, sostiene.Desde esta perspectiva, el sionismo no es solo un refugio frente al sufrimiento histórico, sino como una apuesta activa por la vida colectiva, la dignidad y la agencia política del pueblo judío.“Se trata de una afirmación profunda de vida y responsabilidad histórica. De la preservación del ser colectivo”, concluye Meirovich.“Sionismo y Antisionismo: un debate necesario” busca enriquecer el debate. Al proporcionar herramientas conceptuales y éticas, sus autores invitan a repensar los discursos que hoy circulan sobre Israel, los judíos y el conflicto en Medio Oriente. Un llamado urgente, en tiempos donde distinguir entre crítica y odio, no es solo una cuestión de precisión, sino de justicia histórica y moral. Sionismo y Antisionismo: un debate necesario”. Entrevista a sus autoresSigal Meirovich, doctora en Filosofía 1. ¿Cómo el pensamiento filosófico judío contribuye a comprender el sionismo como una respuesta ética frente a siglos de persecución y diáspora?Es una excelente pregunta. El sionismo, como todo fenómeno histórico, puede analizarse filosóficamente desde múltiples dimensiones: ontológica, epistemológica, ética y política. Desde ese punto de vista, no es solamente un movimiento nacional moderno, sino también una afirmación ontológica y ética de la existencia digna y autodeterminada del pueblo (o nación) judío. Surge de la memoria de las catástrofes, sin duda, pero también de la conciencia histórica de la constitución de un “nosotros” muy antiguo y de la responsabilidad hacia las generaciones futuras.Ahora bien, como dice el dicho: “Dos judíos, tres opiniones”, no existe un único pensamiento filosófico judío, así como no existe una única manifestación del sionismo. La tradición judía es plural, diversa y situada en contextos sociohistóricos distintos. Es de hecho una tradición que celebra esa diversidad y la canaliza en debate erudito. Sin embargo, es posible identificar ciertos ejes transversales que iluminan la comprensión ética del sionismo.A diferencia de otras tradiciones filosóficas centradas en abstracciones universales (Como “la idea”, “el ser” o “la razón pura”), el pensamiento judío pone el acento en la dignidad concreta, en la responsabilidad hacia uno mismo, hacia el otro y hacia el mundo. Su preocupación principal no es definir entidades abstractas o esencias inmutables, sino reflexionar sobre cómo vivir éticamente en el mundo real, en medio de la historia, el sufrimiento y la alteridad de una contingencia que es dinámica, imperfecta, confusa y conflictiva. La idea de que nuestras acciones individuales tienen consecuencias para el otro, para la comunidad y para las futuras generaciones, es un hilo conductor desde la Torah hasta la filosofía contemporánea. Filósofos como Maimónides, Buber o Levinas ofrecen claves para leer el sionismo como una afirmación ética de la autodeterminación y la dignidad colectiva. Sin embargo, es fundamental entender que esta afirmación no debe pensarse únicamente como reacción negativa a la persecución y al sufrimiento. Reducir el sionismo a mera respuesta frente al otro sería conceder al otro demasiado poder, situando la identidad judía en un lugar pasivo o subalterno, como un problema que debe ser resuelto. Eso equivale a una forma de “muerte simbólica” o de despojo de agencia. En síntesis, el pensamiento filosófico judío contribuye a comprender el sionismo no solo como una ideología contingente, ni como respuesta ética frente a siglos de persecución y diáspora, sino como una afirmación profunda de vida, dignidad y responsabilidad histórica. La preservación del ser colectivo.Más de un artículo del libro ayuda a reflexionar en ese sentido, el de Judaken, Tarach y en particular el escrito por Wilf donde comenta el efecto terapéutico que tiene para sus estudiantes comprender el sionismo de manera rigurosa y multidimensional mientras ella imparte un curso que relata sionismos y sus antisionismos aparejados.2. ¿Qué desafíos éticos presenta el antisionismo contemporáneo cuando se disfraza de crítica legítima, pero en realidad ataca la existencia del Estado judío?El desafío principal radica en la confusión entre crítica política legítima y negación del derecho a la existencia de un pueblo o nación. Criticar las políticas de un Estado es legítimo y necesario en cualquier sociedad democrática. De hecho, eso es observable en la misma sociedad israelí que ha criticado a sus gobernantes y sus opositores ampliamente. Sin embargo, cuando esa crítica niega el derecho del pueblo judío a tener un Estado, estamos ante un problema ético más profundo. Esto es una forma de "singularización negativa", es decir, la idea de que los judíos son el único pueblo que no tiene derecho a la autodeterminación.El antisionismo radical tiende a disfrazarse bajo varios discursos dominantes en la academia y la cultura popular actual.  El anticolonialismo, antirracismo, dialéctica opresor/oprimido, pero a menudo termina reproduciendo los mismos patrones de exclusión y deshumanización que dice combatir. Incluso el feminismo, creo que es una de las corrientes progresistas que más se ha equivocado en leer y opinar sobre este conflicto cuando, por ejemplo, la filósofa judía Judith Butler niega las pruebas de que Hamas haya cometido violencia sexual contra las israelíes e insiste en calificar al grupo terrorista como una resistencia política legítima, contradiciendo su propio principio de que no debe haber “cuerpos que importan” y cuerpos que no. Contradiciendo, a fin de cuentas, los principios universalistas que creíamos que orientaban las sociedades occidentales desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.El desafío ético, entonces, es desenmascarar esa incoherencia, sin por ello clausurar el debate sobre las políticas concretas del Estado de Israel. Lograr mostrar a todo público las diferencias reales entre uno y otro. Lamentablemente, el ambiente actual no permite eso, se han clausurado por completo los debates universitarios y políticos. Donde los hay, conceder un punto a la crítica política termina siendo leído (por antisionistas como por defensores del gobierno de Netanyahu) como dar la razón al antisemitismo disfrazado. Se ha vuelto un debate ciego e imposible y eso abona al crecimiento del antisemitismo legitimado bajo la máscara de la crítica.Esos debates son bien abordados por Sultana Wahnon, por ejemplo, en su artículo ¿Críticos de Israel o abogados del terror? El caso de Judith Butler.3. En el contexto chileno y latinoamericano, ¿cómo crees que el pensamiento judío puede enriquecer el debate sobre nacionalismo, identidad y pertenencia?Esa es una pregunta muy importante. El pensamiento judío puede ofrecer una perspectiva única sobre la relación entre identidad, memoria y universalismo. A lo largo de su historia, ha vivido en carne propia la tensión entre la particularidad (ser un pueblo distinto, con prácticas específicas) y el universalismo (su pertenencia a la especie humana y su mensaje ético para toda la humanidad).En América Latina —y particularmente en Chile, donde el debate sobre el nacionalismo, los pueblos originarios, las identidades particularistas y el auge del latinoamericanismo, es intenso— el pensamiento judío ofrece un modelo de cómo una identidad puede ser a la vez particular y abierta al mundo o de como pertenecer y aportar a identidades de distintos niveles.Primero, la identidad no debe entenderse como una esencia fija, anclada en mitos del pasado o en atributos étnico-culturales inmutables. En lugar de eso, debe plantearse una noción de identidad como proyecto, un nosotros por construir, donde el pasado, la historia, el territorio, las nuevas ideas de mundo tengan cabida como insumos.   Como construimos colectivamente un conjunto de normas y valores comunes para pensarnos como un nosotros a pesar de las diferencias. Si bien la nueva nación israelí puede dar una buena lección, dado que incluye la amplia diversidad étnica, religiosa, política en un proyecto común con mayor o menor grado de éxito, creo que lo primordial en nuestra región es priorizar por sobre la defensa de Israel, nuestra condición de ciudadanos locales. Los judíos chilenos somos judíos y chilenos. Borrar nuestra memoria del espacio urbano, por ejemplo, como el caso del cambio de nombre de calle en Ñuñoa, el vandalismo a nuestras sinagogas, el rechazo del presidente a la representación comunitaria, etc. es lo primordial para que se comprenda la responsabilidad, uniendo con la primera pregunta, que tenemos los unos de los otros como chilenos. Más allá de las identidades particularistas que habitamos y defendemos.Esto puede abrir una conversación en Latinoamérica también sobre cómo las luchas por la identidad y la tierra pueden ser pensadas desde la justicia histórica, sin caer en esencialismos ni en negaciones recíprocas, sino en proyectos de convivencia equitativa, al menos como horizontes.Manuel Ferez, doctor en Sociología.  1.⁠ ⁠¿Cómo dialogan hoy los discursos antisionistas con el antisemitismo clásico desde una perspectiva sociológica?Mucho se ha debatido y se sigue debatiendo sobre la relación que hay entre antisionismo y antisemitismo, de hecho en varias partes del libro se aborda esta cuestión. En términos generales, diría que hoy muchos tropos del antisemitismo clásico se han incorporado al discurso antisionista. Es también cierto que los discursos antisionistas pretenden distanciarse de la acusación de antisemitismo para legitimarse. Este proceso lo vemos tanto en la política como en la academia y, más en general, a nivel periodístico y social. Creo que el inicio de la reflexión está en la pregunta que me haces, ¿por qué el nacionalismo judío genera este nivel de debate cuando los demás nacionalismos generados a fines del siglo XIX no son así de cuestionados? Esta urgencia por deslegitimar no solo a un estado, sino a su nacionalismo es algo que yo solo veo en grupos marginales que cuestionan, por ejemplo, el nacionalismo kurdo o armenio (por mencionar solo dos casos del Medio Oriente) pero la deslegitimación del sionismo se ha vuelto central en el discurso moderno. En tu pregunta apelas el concepto de “diálogo”. Yo no creo que actualmente haya un diálogo, hay una lucha por imponer desde afuera de lo judío (aunque algunos judíos se suman a ello) una visión del sionismo como algo homogéneo (lo que nunca ha sido), dañino, ilegítimo y como algo a erradicar. Lo más preocupante de esta simplificación violenta es que se ha originado en el corazón mismo de la academia, no en sus márgenes y ha ganado legitimidad por medio de la simplificación y no como resultado de debates serios sobre el tema. La polarización política y académica actual no ayuda a esto y si sumamos la centralidad que ha adquirido el tema palestino, que está íntimamente ligado al tema Israel y sionismo, el resultado es explosivo y contraproducente para analizar las diversas formas y expresiones del nacionalismo judío y, especialmente, el tipo de nacionalismo judío dominante en nuestros días. Lo anterior genera como efecto una reacción defensiva en las comunidades judías que se “encierran” y abandonan también la complejidad del fenómeno lo que genera cierta ceguera a las corrientes radicales del sionismo que existen, pero que, si observamos detenidamente, no son ni las únicas ni las mayoritarias dentro del sionismo. Concluyendo esta pregunta: creo que el antisemitismo clásico ha encontrado formas de trasladarse, disfrazarse bajo los argumentos antisionistas (de ahí la tan repetida frase “no soy antisemita, soy solo antisionista”) y se ha vuelto complicado encontrar espacios de debate sobre el devenir del estado de Israel, el tema palestino-israelí y cómo se vinculan las diásporas judías con el homeland tradicional judío (Israel) que son los temas que deberían ser centrales. 2.⁠ ⁠¿Qué rol ha jugado la narrativa judía —como minoría histórica— en la construcción del derecho a la autodeterminación del pueblo judío en el marco del Estado de Israel?El Medio Oriente contemporáneo es resultado de complejos procesos políticos, diplomáticos, militares, étnicos y religiosos que se han ido desarrollando desde, al menos, el fin de la Primera Guerra Mundial (yo diría que incluso desde la crisis del Imperio Otomano a mediados del siglo XIX). Dentro de este complejo proceso ha habido muchos movimientos nacionales, algunos exitosos, en el sentido de lograr fundar un estado nación, y otros que no han logrado dicho objetivo. Kurdos, drusos, baluches, lures, palestinos (por mencionar solo algunos ejemplos) son naciones que no han logrado tener un estado nación. Israel es un caso interesante porque muestra a una nación numéricamente pequeña lograr un estado propio y que mantiene relaciones complejas con una diáspora judía diversa. La fundación del estado de Israel en 1948, entonces, fue un proceso de autodeterminación nacional judío que es al mismo tiempo producto del devenir histórico judío como un elemento de cambio en la historia judía. La misma existencia de Israel como estado como del sionismo como movimiento nacional judío diverso y en constante tensión con el entorno, inciden en la historia y narrativas judías modernas. La visión de una minoría extendida por muchos países, víctima de abusos, genocidios y desplazamientos masivos, que logra fundar un Estado propio, es central en la identidad judía moderna. Todos los judíos, sean antisionistas, asionistas o sionistas, se colocan en relación con el estado judío, ya sea para defenderlo, criticarlo o negarlo. Esto no es exclusivo del caso judío. Pienso en el caso armenio en donde hay una diáspora compleja, un Estado armenio independiente y muchas tensiones intra armenias al respecto. La autodeterminación nacional judía seguiría existiendo y siendo válida aunque Israel como estado nación no existiera. Como dije anteriormente, hay muchas naciones sin Estado que tienen ese derecho a la autodeterminación nacional. Ahora bien, el porqué hay unas naciones que logran un Estado propio y otras naciones no debe ser reflexionado caso por caso, pero de ninguna manera creo que se podría negar la identidad nacional kurda, palestina o baluche por la ausencia de un Estado propio. Hay naciones que logran mantener una identidad nacional a pesar de no contar con un estado, no solo en Medio Oriente. Vascos, catalanes son dos ejemplos de esto. El debatir si es preferible que cada nación tenga su estado o si se puede sobrevivir como nación sin estado es un tema muy interesante. 3.⁠ ⁠¿Crees que en las universidades chilenas hay espacio para una discusión abierta sobre sionismo sin caer en simplificaciones ideológicas o polarizaciones?Yo empezaría diciendo que en nuestras universidades hay un déficit muy profundo sobre los nacionalismos del Medio Oriente. Se me ocurren dos factores para este déficit. Por un lado, carecemos de especialistas dedicados a estudiar y analizar a fondo la zona más allá de la perspectiva de las relaciones internacionales en donde se suele limitar el análisis a las guerras, relaciones diplomáticas, cálculos estratégicos lo que deja de lado los procesos sociales de la zona. El segundo factor es que en Chile el tema palestino-israelí es tan central que oscurece y margina otros procesos del Medio Oriente, lo que ha generado una visión de “microscopio” que ignora a la región en sí misma. En otras palabras, en Chile cuando se habla de Medio Oriente se tiende a hablar del conflicto palestino-israelí y colocar como fenómenos dependientes del mismo al resto de la zona. Un ejemplo de esto. Solo se habla de Irán cuando hay una relación con el tema palestino e israelí o hay una noticia grave. Esto no ayuda a entender y el académico ha caído en el análisis de cara al medio de comunicación (lo que se entiende porqué la exigencia le viene al académico desde el medio, no desde la institución académica). No hay departamentos especializados en Medio Oriente en nuestro sistema universitario ni una red de investigadores dedicados de manera profesional y permanente a la zona. Esa es una gran desventaja en relación con países europeos, Estados Unidos o Canadá que sí tienen esa masa crítica especializada y permite una visión más amplia y profunda de la zona. En este contexto, la reflexión sobre los nacionalismos del Medio Oriente es muy superficial y responde a lógicas extrauniversitarias. A esa carencia estructural universitaria se suma el que tanto la comunidad palestina chilena como la comunidad judía chilena (cada una por sus razones y en distinto grado) influyen en académicos para que “defiendan” o “ataquen” discursivamente al que piensa distinto en el tema palestino israelí en general y sobre el sionismo en particular. Hay muy poco trabajo académico independiente que escape a esto (nuestro libro es una excepción a la regla porque no responde a ningún interés extraacadémico y esa es una gran ventaja que tiene) por lo que no existe un espacio universitario mínimo en el cual se pueda estudiar, analizar y debatir con profundidad y respeto estos temas. Resumiendo mi respuesta: al no haber espacios apolíticos en las universidades chilenas que sean ajenos a presiones comunitarias, al no haber una masa crítica de especialistas sobre Medio Oriente que trabajen constantemente la zona, y al hecho de que muchos académicos responden a presiones y financiamiento externo no hay forma de mantener un debate de nivel sobre el sionismo en el sistema universitario chileno. Espero que el libro despierte un interés genuino y, poco a poco, logremos debatir con el que piensa distinto desde una base mínima de conocimiento y respeto. 

    Trump, Harvard y la comunidad judía

    Sin duda alguna, Harvard es una gran institución, de las universidades más importantes del mundo y la más antigua de EE.UU. Por lo tanto, lo que allí pasa es noticia. He seguido las decisiones tomadas por el gobierno y las justificaciones esgrimidas por el presidente Trump, como también he leído lo que ha dicho Harvard, las conclusiones de su investigación interna sobre el antisemitismo, sus presentaciones ante la justicia.Por ello estoy absolutamente convencido de lo que he escrito en esta columna, incluyendo mi sensación de que falta que sea más activo un actor relevante, la comunidad judía, la comunidad como tal.En el tema del antisemitismo, lo más sorprendente no es que haya reaparecido, ya que es la más antigua de las fobias, sino que lo haya hecho nada menos que en el país donde los judíos más seguros se sentían después de Israel, y que en forma prominente haya tenido lugar en algunas de sus universidades, un llamado de atención, un canario en la mina, para recordar que en la historia judía, tragedias han ocurrido en lugares donde menos se pensaba, España en 1492, Alemania en los 30s, en ambos casos con devastadoras consecuencias en mi familia extendida.En lo personal, después de décadas de docencia universitaria en Chile, pero también profesor visitante en Suecia, Inglaterra y en varias universidades estadounidenses, la verdad es que, a pesar de ello, nada me preparaba para la forma en que se enraizó la judeofobia, como también que las autoridades universitarias no protegieran adecuadamente a sus estudiantes y docentes judíos. Harvard no fue ni es la única que ha sido acusada por la administración Trump, pero otras han cedido y dicen estar haciendo lo posible para superar los problemas detectados y recuperar los fondos públicos embargados, tal como ocurre con Columbia, quizás la peor de ellas. Por lo tanto, Harvard no fue la única, pero sí lo es en cuanto al nivel de su confrontación con la Casa Blanca.Por cierto, no descarto que esté teniendo lugar un ajuste de cuentas, una retribución por la censura de ideas conservadoras, no solo en Harvard, sino en forma generalizada en la Ivy League, pero eso es solo parte de la verdad, ya que existen dos afirmaciones y ambas verdaderas, una, los descargos de Harvard, pero en el origen de lo que hoy se debate, segundo, está el antisemitismo, la serpiente que se ha hecho ver en pasillos y aulas. Es decir, puedo aceptar que se sienta perseguida, pero al mismo tiempo para que se converse de buena fe, hay que agregar que hubo una indebida tolerancia con la judeofobia.Aun si existiera o desapareciera una intención de ajustar cuentas, lo que está ocurriendo podría proceder de todas maneras, ya que es la ley federal, como también existen principios constitucionales sobre los cuales este país fue creado. Quizás, así como Harvard ha llegado silenciosamente a acuerdos con alumnos que la han demandado en tribunales por haber sido víctimas, quizás llegue a acuerdos con Trump, quien también dispone de otros instrumentos, siendo el más dañino, que le quiten la regalía de no pagar impuestos por donaciones y fondos acumulados que superan los 50 billones de dólares, cincuenta mil millones que posibilitan una larga resistencia.Sin embargo, eso no resuelve problemas de fondo, ya que la lectura de los documentos generados por la misma universidad me lleva a la conclusión de que están en la negación de la gravedad de lo que ocurrió, toda vez que no fue algo ocasional, sino el resultado de una conducta asimilada a su interior. Expresión de ello fue la desafortunada comparecencia de su presidenta o rectora ante el Congreso, que la obligó a renunciar, ya que incluso se negó a decir si el antisemitismo, a diferencia del racismo contra otras comunidades, era una conducta que debiera ser sancionada reglamentariamente.En efecto, lo que pasó en las universidades de élite de EE.UU. no ocurrió en otros lugares del país, por ejemplo, nada parecido tuvo lugar en Florida, donde vivo. Tampoco, nada semejante existió en ningún país árabe, en ninguno. Más aún, es frecuente que universidades latinoamericanas o europeas sean ocupadas ilegalmente para protestar contra Israel o para pedir que se rompan vínculos, pero nada semejante a lo que tuvo lugar con tolerancia e impunidad en universidades de la Ivy League, en el sentido que estudiantes judíos fueron físicamente atacados en los pasillos y salas de clases por activistas enmascarados, simplemente por ser judíos, creándose un clima de temor y amedrentamiento, ya que nada semejante había pasado desde Alemania en los 30s.Al respecto, la prensa internacional ha informado mal, y muy mal en la que leo desde Chile y otros países, en el sentido que lo hacen ver como si fuera una persecución sin sentido desde la Casa Blanca, sin casi mencionar el antisemitismo que ha tenido lugar.Tampoco aparece el tema de la seguridad nacional de EE.UU., ya que esas multitudes, más que gritar en favor de la causa palestina que sería libertad de expresión, lo que hacen es vocear apoyo al terrorismo de Hamas y a la desaparición del Estado de Israel, como también cuestionar la idea misma de occidente y al propio Estados Unidos en su rol de superpotencia, hasta pisoteando la bandera del país.Y si de seguridad nacional se trata, hay otro tema donde Harvard no ha quedado con buena imagen, cuall lo es la relación privilegiada que ha establecido con China, donde está documentado que Harvard aparece como una de las instituciones favoritas del Partido Comunista, en el sentido de instruir para que los funcionarios acudan a hacer estudios de posgrado en administración pública. Más aún, los testimonios en juicios y los considerandos de sentencias prueban el patrón del espionaje, no solo a través de condenas de personas vinculadas, sino también un esquema donde los estudiantes de ciencias duras y de las ingenierías buscan en bibliotecas y laboratorios los sistemas más avanzados para copiarlos como también se hace en las prácticas profesionales en empresas y oficinas gubernamentales. No se inició ahora, sino que lleva tiempo, pero ya no existe la ingenuidad de ver en China un socio con el que hay que colaborar, sino que desde hace algunos años se le ve como lo que es, el principal rival y aquel que busca sustituirla como la superpotencia del siglo XXI.Entre los portavoces de Harvard hay varios judíos, al menos con apellidos que se reconocen como tales, pero falta que hablen otros, por ejemplo, una mayor presencia de los dirigentes nacionales de la comunidad judía, dada la gravedad de lo que ocurrió y de la escalada que se presencia en las calles, donde el tema del antisemitismo aparece hoy como uno de los principales desafíos de seguridad del país, ya que según estadísticas del FBI ningún discurso de odio ha crecido tanto como la judeofobia.Al respecto, Harvard trató de “empatar” con otras situaciones, y en los informes ya publicados, se hace alusión tanto a la comunidad judía como a los problemas que experimentan los musulmanes, lo cual es real, pero en ningún sentido comparable, ya que estos últimos no fueron agredidos en las bibliotecas o en las salas de clases.En lo que respecta a la comunidad judía de EE.UU. esperaba más. Tengo la impresión y así lo he dicho y escrito, que simplemente no estaba preparada para el nivel de antisemitismo que surgió y que en vez de disminuir sigue creciendo. También en las universidades.Creo que el shock se mantiene y no se ha reaccionado al nivel de la amenaza. Me ha ocurrido con la comunidad, con mi comunidad, lo mismo que me ocurrió con la prensa estadounidense, que ya no puedo decir que para mí es la mejor del mundo. A la comunidad judía estadounidense siempre la presentaba como el ejemplo a seguir, ya no, siendo que no ha actuado con la fuerza que se necesitaba, me ha desilusionado exactamente por tratarse de EE.UU.. Si esto ocurre aquí y ahora, a pesar de los esfuerzos del gobierno, y, además, alimentado por odiadores profesionales, por activistas locales y extranjeros, si eso ocurre en EE.UU. puede pasar en cualquier lugar del mundo.Siento que no se ha hecho todo lo que era posible, y que el propio gobierno está haciendo más que la propia comunidad, por lo que ya no digo que no se puede esperar que otros hagan por los judíos lo que estos no hacen por sí mismos, y lo digo con precaución, ya que nunca, en ningún orden de la vida, la víctima debe ser puesta en otra situación que no sea total apoyo, sin embargo, creo que se pudo y se puede hacer más por los estudiantes que sufrieron discriminación.Tengo la impresión de que las propias instituciones comunitarias de vinculación con el medio siguen más a la defensiva que a la ofensiva y no se han adaptado a la nueva normalidad, donde va escalando el odio en vez de disminuir, con ataques en las calles, donde lobos solitarios se sienten validados, armados por la retórica de los medios de comunicación y, por cierto, por lo que ha ocurrido en las grandes universidades.Siento que la niebla del shock inicial de odio a los judíos por el hecho de serlo no se ha disipado, y que la comunidad debe reaccionar, ante una situación que no controla, y un antisemitismo que está escalando. Echo de menos a la dirigencia oficial de la comunidad, no en alguna reunión o ceremonia, no en alguna entrevista o declaración con palabras de buena crianza, sino fijando una posición de principios, que lo que ocurrió es inaceptable, que lo que pasó el 2023-2024 no solo no debe repetirse en las universidades, sino que como comunidad se debe actuar para que tanto quienes estuvieron detrás de la violencia como quienes la permitieron no salgan impunes, para hacer realidad lo que dicen la constitución y las leyes, que los judíos no son ciudadanos de segunda categoría. Y no solo como víctimas, sino con toda la fortaleza que se pueda demostrar. Y en voz alta, sin pedir permiso.Creo que la comunidad judía no tiene necesidad de inventar nada, solo debe imitar a la comunidad afroamericana, ya que a ellos no les hubiera pasado lo que ocurrió. Y esto no lo digo yo, ya que a ellos son los únicos a los que se lo he escuchado, solo a comentaristas, periodistas y políticos afroamericanos.Pienso que la comunidad judía debe imitarlos a ellos, una vuelta de mano a lo que Martin Luther King decía en los 60s, que aspiraba a lograr el mismo estatus que los judíos, a quienes siempre agradeció su apoyo en la lucha por los derechos civiles, además de tener palabras amables para Israel y el sionismo.De los afroamericanos me gusta la manera como reaccionan, ya que la respuesta es automática, y en buena hora, ya que han logrado que todos internalicen que va a traer consecuencias de todo tipo para quienes han cometido actos racistas o usado expresiones repudiables, aquellas que han adquirido hoy habitualidad, en esta nueva “normalidad” para los judíos.Quiero ver a la comunidad actuando como tal a través de sus dirigentes nacionales, que acudan en esa calidad a los tribunales, en toda oportunidad y cada una de ellas, contra hechos de antisemitismo que en EE.UU. son castigados por la ley, además del apoyo federal que hoy reciben. Que se sepa que son los judíos en su conjunto los que están detrás, ya sea pidiendo el castigo que determina la legislación, o recurriendo en contra de los bolsillos de quienes han actuado por acción o por omisión. Acudir a la justicia permite también hacer inelegibles para ciertos trabajos o posiciones a quienes ocultan sus rostros, al mismo tiempo que se puede exigir que se transparente quiénes son los que financian a activistas.Todo esto es necesario, ya que, aunque estos incidentes han permitido derribar mitos sobre el “poder” judío en universidades, empresas, medios de comunicación, Hollywood, etc., lo que ha pasado no es necesariamente bueno, ya que esta situación perjudica al tipo de disuasión que antes existía, la de aquellos que odian a los judíos, pero que se autolimitaban por esa visión del poder judío que se ha demostrado equivocada.Creo que es necesario restablecer algún tipo de disuasión que permita detener manos antes que arrojen piedras, por lo que me gustaría ver a dirigentes nacionales más activos en tribunales y en los medios, hablando en nombre de todos. Confrontando también el fuego amigo-enemigo de aquellos que vestidos de judíos van a manifestaciones pro-Hamas a decir que, por razones religiosas, el Estado de Israel no debiera existir, sino que hay que esperar al Mesías, clarificando que, si representan a alguien, es solo a sí mismos. Me gustaría verlos proclamando, que aquellos que por sus apellidos judíos se exhiben como compañeros de ruta de Hamas en las manifestaciones, no representan ni a la comunidad ni al judaísmo. Agrego, que también me gustaría que se les diga a quienes han recibido apoyo económico para su trabajo político, que tienen el deber de protestar contra opiniones antisemitas en sus propios partidos, con nombre y apellido de aquellos/as, como también desearía la mayor presión pública sobre la ruta del dinero que es tan grande desde Qatar y otros lugares que hizo innecesario que las universidades hicieran esfuerzo alguno para mantener la tradicional filantropía judía, denuncias que paralelamente, debieran servir para saber quién financia las ocupaciones de universidades.¿Tiene hoy la comunidad y sus líderes nacionales o locales ese tipo de actitud? No tengo la respuesta, pero sí creo que lo que hoy existe, es decir, toda la estructura de instituciones que relacionan a la comunidad con la sociedad que la rodea, que sin duda ha prestado inmensos servicios, todo un modelo para otros países, pero la realidad que le servía de sustento ha sido cambiada hasta hacerse irreconocible. Se necesita una adecuación, una revisión de cuán bien o mal sigue funcionando en el nuevo contexto en el que vivimos.Creo que en relación con la judeofobia se deben acabar todos los complejos. La comunidad como tal, colectivamente, no a través de uno u otro miembro, debe aprovechar lo mejor que ofrece EE.UU., un sistema judicial de derechos, donde la constitución y las leyes ya existen, como también si de juicios se trata, un sistema de jurados para responsabilizar a quienes están saliendo libres de polvo y paja.No es solo un problema de recursos, lo es también de voluntad para revisar lo que se hizo y lo que se está haciendo. Y si las acciones desarrolladas para proteger a los estudiantes judíos fueron las indicadas, o si la actitud debiera ser de mayor actividad y sonoridad, de más ruido y menos silencio, de mayor presión pública junto a las necesarias reuniones privadas con autoridades.Quizás todo esto también ayude a Harvard, que es una institución de tal nivel que estoy seguro de que tarde o temprano reaccionará admitiendo que no estuvo bien que se hubiese tolerado la judeofobia. Algo semejante ya le había ocurrido, toda vez que en los 30s hubo coqueteos con el fascismo a su interior, algo probado por historiadores, como también que hubo una época donde hubo tolerancia al racismo, no solo en Harvard sino en todo el país y en la mayoría del sistema universitario, tanto que la forma de superarlo hasta hoy figura en las rutinas de comediantes afroamericanos, cuando se refieren a algún único estudiante afroamericano que era presentado como muestra de “superación” del problema, evidentemente un logro en aquella época, pero que hoy no es visto como tal.Lo de Harvard no ocurrió de la noche a la mañana, ya que al igual que otras instituciones de élite, antes de sucumbir al antisemitismo 2023-24, hubo una pérdida de diversidad donde más importante es para su misión, la diversidad de ideas. En verdad, se castigó al pensamiento conservador en la docencia y en el profesorado, tolerando manifestaciones intolerantes hacia invitados de alto nivel, coincidiendo en años recientes con la penetración del wokismo, aquel de la interseccionalidad, de los buenos y los malos, de víctimas y victimarios, donde se eligieron alumnos y profesores no en nombre del conocimiento y la meritocracia, sino que la selección fue hecha según criterios de cuotas y de identidades, en términos de equidad más que igualdad de oportunidades.De eso estoy absolutamente consciente, ya que desde hace muchos años he sido evaluador en los procesos de acreditación de facultades y universidades, a nivel local e internacional, y aunque ya retirado, sigo participando de evaluaciones que se hacen anualmente para los rankings de estas instituciones, y conozco los problemas que han llevado a mermar su calidad, y por lo tanto, la calificación que reciben, incluyendo la mía, ya que más allá de recursos o fama, apunta al fondo de lo que es o no es una universidad, no desde ahora, sino desde hace más de mil años, ya que, desde Bolonia, (1088) en lo fundamental como institución han cambiado poco para seguir mereciendo ese nombre, porque básicamente siguen siendo el encuentro de profesores, investigadores y alumnos en la búsqueda del saber al más alto nivel que sea posible, sin discriminación alguna.Puedo entender que Harvard siente que el poder del gobierno está siendo usado para obligarla a hacer lo que no quiere, pero creo que debiera ver en lo que está ocurriendo una oportunidad para desprenderse de la judeofobia que sin duda existió y se toleró a su interior.

    Kitty Goldman: Arte, exilio y memoria desde Viena a Santiago de Chile

    Mientras que los anuncios de redes sociales, así como los avisos de televisión o impresos,  tienden hoy a desarrollarse como verdaderas tramas narrativas, los afiches de épocas anteriores se caracterizaban por su simpleza visual. Con muy pocos elementos gráficos, lograban transmitir un mensaje directo, lo que contribuyó a su eficacia comunicacional.La influencia que ejercieron los artistas judíos que llegaron al país huyendo de la amenaza del nazismo en los años 40, fue profunda y transformadora.  Entre ellos la austríaca Kitty Goldman, (9 de junio de 1918–2001) cuya obra de Kitty dejo un testimonio gráfico profundo de creación artística, resiliencia en el exilio y compromiso cultural. Nacida en Viena, Austria, en una familia judía, hija de Lilly Balegradeanu y  Leopold Goldmann, forjó su vocación artística en la Academia de Artes Aplicadas de Viena, luego de haber estudiado en la prestigiosa escuela Schwarzwald, reconocida por su carácter pionero en la educación igualitaria para mujeres.Su padre, Leopold Goldmann, fue un reconocido sastre vienés, propietario de un moderno local en el emblemático edificio Looshaus, diseñado por el arquitecto Adolf Loos. Esta herencia familiar, ligada al diseño y la innovación, marcaría profundamente la sensibilidad estética de Kitty, quien en 1937 inició su carrera profesional como ilustradora en las páginas de la revista femenina Moderne Welt.

    Andrea Ghez, Premio Nobel de Física

    Andrea Mia Ghez nació en Nueva York el 16 de junio de 1965. Es hija de Susanne y Gilbert Ghez. Su padre, de ascendencia judía, nació en Roma en una familia originaria de Túnez y Alemania. En 1969, su padre completó su doctorado en la Universidad de Columbia y aceptó un puesto en la Universidad de Chicago. Andrea Ghez, como hija de un miembro de la facultad, pudo asistir a la Escuela Laboratorio.  Los alunizajes del programa Apolo inspiraron a Ghez a ser la primera astronauta; su madre alentó ese objetivo comprándole un telescopio.  Comenzó la universidad especializándose en matemáticas, luego se cambió a física. Recibió una licenciatura en física del MIT en 1987 y un doctorado en el Instituto Tecnológico de California en 1992. Actualmente, es una astrofísica cuya investigación se concentra en el centro de la Vía Láctea.  En el corazón de la Vía Láctea, en medio del gas, el polvo y cientos de miles de millones de estrellas, se erige un cuerpo denso y compacto, completamente invisible; su fuerza, de un alcance extraordinario, gobierna las órbitas de las estrellas y muestran una gravedad tan extrema que nada puede escapar de ellos, ni siquiera la luz. Este gigante es Sagitario A*, y durante décadas todo lo que los astrónomos tuvieron de él fueron mediciones de ondas de radio y otras pruebas indirectas de su existencia, hasta que el 12 de mayo del 2022  se hizo pública su foto: una imagen borrosa que dejaba entrever la imagen de un agujero negro supermasivo a veintiséis mil años luz de la Tierra. Ghez se percató de que la forma en la que las estrellas que orbitaban en el centro de la Vía Láctea solo podía explicarse con la existencia de un agujero negro. Es un cuerpo que presenta una masa, una carga y una rotación, y aunque tiene una masa millones de veces la masa del Sol, se encuentra enormemente comprimida hasta alcanzar un tamaño prácticamente insignificante. Precisamente, es la atracción generada por la gravedad de un cuerpo tan masivo lo que hace que las estrellas en el centro de la Vía Láctea orbiten alrededor de Sagitario A* de la misma forma en que los planetas lo hacen alrededor del Sol. Esta fue la observación que condujo a Andrea Ghez y Reinhard Gezel a concluir que en el centro de nuestra galaxia debía habitar un agujero negro supermasivo, algo que se sospechaba desde hacía más de cincuenta años, aunque no había sido demostrado. El centro de la galaxia está envuelto en gas y polvo interestelar, por lo que la observación de los cuerpos presentes en esa región es muy complicada. De esta forma, no fue hasta la década de los noventa que el desarrollo de telescopios más grandes y mejores equipos permitieron estudios más sistemáticos de la región ocupada por Sagitario A*. Andrea Ghez y su equipo trataron de refinar las técnicas empleadas para el desarrollo de mejores instrumentos que permitiesen aumentar la resolución de sus observaciones, lo que consiguieron con la óptica adaptativa, la que permite corregir en tiempo real la distorsión provocada por la turbulencia de la atmósfera mediante el uso de espejos deformables. Andrea Ghez está casada con Tom LaTourrette, geólogo y científico, tiene dos hijos. Además del Premio Nobel, ha recibido muchos otros honores y reconocimientos. 

    El efecto Mamdani

    Zohran Mamdani tiene solo 33 años y hace poco era un miembro de la Asamblea Local de Nueva York, pero tras vencer a Andrew Cuomo en las primarias demócratas, está a un paso de convertirse en el próximo alcalde de la ciudad. Ex rapero, nacionalizado estadounidense en 2018, se define políticamente como “progresista y musulmán. Su ascenso ha generado entusiasmo en algunos sectores, pero también preocupación y muchas preguntas. ¿Es Mamdani aire fresco o un retroceso político con riesgos económicos?Asociado a figuras como Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez, el candidato impulsa propuestas como transporte público gratuito, supermercados estatales y congelamiento de arriendos, medidas que sus críticos consideran inviables o fiscalmente irresponsables.Una mirada localMedios estadounidenses, como el Wall Street Journal, New York Post, New York Times y Washington Post, han publicado gran cantidad de editoriales y columnas, que revelan la visión sobre el candidato.En editorial llamada “República Popular de Nueva York”, el Wall Street Journal (WSJ) explica que Mamdani se ha convertido en la cara visible de un nuevo tipo de liderazgo progresista, que representa un giro a la izquierda que viene tomando fuerza entre votantes jóvenes y sectores desencantados con la política tradicional.El medio lo considera el cambio más radical en la política de la ciudad desde los años 70, y advierte que muchas de sus propuestas —como el transporte público gratuito, los supermercados estatales o el congelamiento de arriendos— pueden sonar bien en teoría, pero podrían terminar en una pesadilla financiera para la ciudad.El New York Post, dedica dos editoriales a estos temas. En ellos explica que la propuesta de congelar los arriendos de viviendas es eventualmente plausible, pero muy limitada, pues no es prerrogativa exclusiva del alcalde, sino de un comité.  Lo mismo ocurriría con la propuesta de supermercados estatales que “utilizaría fondos de los contribuyentes que en realidad no existen”.El Washington Post también se sumó a las críticas y fue incluso más duro. En su editorial “Mamdani: una mala noticia para Nueva York y para el Partido Demócrata”, expresa temor por medidas que puedan causar pérdida de empleos, fuga de empresas, desinversión, desabastecimiento y, en el peor de los casos, una crisis fiscal como la que sufrió la ciudad en los años 70.El medio también apunta a su historial con la policía. En una ciudad donde el tema de la seguridad sigue siendo clave, Mamdani ha sido un ferviente defensor de reducir el presupuesto de las fuerzas de seguridad y se opone a aumentar el número de oficiales. Sobre IsraelA diferencia de Eric Adams, Mamdani ha sido un defensor abierto del BDS y ha declarado que Israel no debería ser un Estado exclusivamente judío. Según el New York Times, el candidato ha explicado su respaldo a consignas como “globalizar la Intifada” argumentando que no se trata de un llamado a la violencia, sino de una expresión de lucha por los derechos palestinos. Para justificarlo, dijo que el término “intifada” se usa en traducciones árabes del Museo del Holocausto de Washington para referirse al Levantamiento del Gueto de Varsovia, algo que el propio Museo desmintió y calificó como ofensivo para los sobrevivientes.El editorial “Zohran Mamdani y los judíos” del Wall Street Journal (WSJ) se refiere a este tema de forma crítica: “Incluso la peor masacre de judíos desde el Holocausto fue una ocasión para la propaganda antiisraelí. Comenzó el 8 de octubre con una equivalencia moral perfecta: «Lamento la muerte de cientos de personas en Israel y Palestina en las últimas 36 horas». Después, su declaración giró hacia la crítica a la autodefensa de Israel, y a continuación vino la difamación: «El camino hacia una paz justa y duradera solo puede comenzar poniendo fin a la ocupación y desmantelando el apartheid».De ahí su idea de —en concordancia con la Corte Penal Internacional— arrestar a Benjamín Netanyahu si llega a la Gran Manzana.Ante esto, el WSJ plantea una pregunta de fondo: ¿puede el Partido Demócrata seguir respaldando a un candidato cuyas posturas generan tanta división, incluso dentro de su propia base?Por ahora se debe estar atento a si Cuomo decide seguir en carrera como independiente, lo que pavimentaría el camino para Mamdani en noviembre.

    Entre pitbulls y judaísmo, una vida dedicada a la rehabilitación, la empatía y la enseñanza

    Andrea Cazés no solo rescata perros, rehabilita vidas. Desde hace 16 años, esta activista y educadora, judía orgullosa y macabea de corazón, dirige “Fight 4 Pits Defensa y Justicia Animal”, el único centro de rehabilitación para pitbulls en Chile. Lejos de ser un refugio común, su centro —ubicado en una parcela de más de 5.000 m² en Lampa— es un espacio de trabajo profesional, con entrenadores, etólogos y circuitos de rehabilitación que buscan transformar a perros maltratados y estigmatizados en animales estables, sociables y dignos de una segunda oportunidad.El trabajo de la Turca, como la llaman sus amigos, va mucho más allá del rescate. Ha llevado perros a hogares de adultos mayores como Cisroco, ha recibido a estudiantes del Instituto Hebreo y de colegios públicos y privados que vienen a hacer voluntariados, incluyendo chicos en Bar Mitzvá para sus proyectos de Tikun Olam. Muchos jóvenes dicen que trabajar con ella ha sido una experiencia transformadora, en lo emocional y en lo humano. Andrea, casada con Samy Namías y mamá de Igal, ha convertido su vida familiar en parte del proyecto: su hijo creció entre perros y aprendió desde pequeño el valor del compromiso, el sacrificio y el amor.Como judía, Andrea comprende profundamente lo que significa cargar con un estigma. “Pucha que es difícil ser pitbull”, dice, “lo mismo que pienso muchas veces: pucha que es difícil ser judía”. Su trabajo es, en parte, una metáfora viviente de la hasbará: mostrar el lado humano —en este caso, también el lado animal— detrás de los prejuicios. Tal como ella lucha contra la desinformación sobre el pueblo judío, combate el odio irracional hacia los pitbulls, raza que, por su historia y apariencia, ha sido injustamente demonizada.El judaísmo ha sido una guía en su tarea. En su boda judía televisada, participaron sus propios perros. También ha educado a través del sitio de la Fundación sobre los valores de la compasión en el judaísmo: alimentar a los animales antes de uno mismo, incluso en Shabat, prevenir el sufrimiento animal (tzaar baalei chaim) y cuidar la creación como parte del mandato ético.El centro que dirige no busca acumular perros, sino brindar atención personalizada: no albergan más de 11 animales a la vez. “Cada perro tiene un proceso”, explica, “y algunos jamás serán adoptables, pero aquí vivirán con dignidad y amor”. La Fundación subsiste gracias a fondos concursables —siete obtenidos hasta hoy—, al apoyo de cerca de 30 padrinos y madrinas cuya mayoría ni siquiera la conocen en persona y al compromiso de su familia, que financia buena parte de los gastos.Andrea Cazés ha educado, rescatado, rehabilitado y sensibilizado a cientos de personas sobre la importancia de tratar a todos —humanos o animales— con respeto. En su parcela, en sus charlas, en cada perro recuperado, hay un mensaje claro: el amor, el trabajo constante y la dignidad pueden más que cualquier prejuicio. Y como ella misma dice, “cuando alguien me conoce, sabe que soy judía, que rescato pitbulls y que creo que todo ser vivo merece una segunda oportunidad”.

    El Museo Judío de Chile reafirma su misión educativa y cultural

    El Museo Judío cuenta con una amplia oferta de recursos que se suman a su recorrido de Historia Judía y al recientemente ampliado el Holocausto. A través de muestras itinerantes, charlas, ponencias internacionales y presentaciones de películas y libros se refuerza su misión de acercar la cultura judía a la sociedad chilena.Sofía Cohen, directora ejecutiva del Museo, habla con pasión cuando explica de qué se tratan los recursos educativos ofrecidos en MuseoJudio.cl y que llevan a colegios. Son materiales y actividades para combatir discursos de odio y alertar sobre los peligros de la discriminación. “Estos recursos son utilizados por estudiantes desde 5º básico hasta universitarios”, explica.También resalta que “colaboramos con ADL (Liga Antidifamación) y fuimos pioneros en Latinoamérica al asociarnos con la USC Shoah Foundation para desarrollar material didáctico en su portal iwitness.usc.edu. Impulsamos la Red Latinoamericana para la Enseñanza de la Shoá (Red LAES). Localmente, trabajamos con Carabineros, diversas universidades, el Archivo Judío de Chile y varias embajadas. Además, continuamos el proyecto “Yo te Nombro” legado por la Fundación Memoria Viva para sensibilizar a jóvenes de nuestra comunidad en momentos trascendentales de su vida como son el bar/bat mitzva y su graduación”.¿Cuántos visitantes han recibido y qué cambios han experimentado?Partimos con menos de 1000 visitantes al año y poco a poco fuimos haciéndonos un nombre. Actualmente, llegamos a 10.000 personas al año. Algunos de los colegios que vienen son nuevos, pero la mayoría son instituciones que ya tienen al Museo dentro de su plan anual, lo cual habla del impacto que les causó y nos da la confianza de que para este décimo año alcanzaremos las 100.000 personas. Pero más allá de los números, nos emocionan visitas como las de familias de sobrevivientes del Holocausto o colegios de regiones, quienes viajan largas horas solo para visitarnos, ¡Han venido desde Coelemu!Ante la creciente demanda que tenía nuestro recorrido de Holocausto, decidimos modernizarlo ocupando herramientas museográficas de punta e. Gracias a donaciones recibidas, hoy ofrecemos una narrativa con foco en el proceso que llevó de los prejuicios al genocidio, la respuesta de Chile y los testimonios de aquellos que hicieron de Chile su patria. También honra a quienes se atrevieron a nadar contra la corriente para salvar vidas. Destacados están Samuel del Campo y María Edwards, dos “Justos Entre Las Naciones” chilenos, cuyo heroísmo creemos debe de ser motivo de orgullo de todos los chilenos.Hoy, nos embarcamos en un nuevo desafío, nos adjudicamos un fondo del Ministerio de las Culturas y el Patrimonio que nos permitirá dar a conocer la historia única de los judíos de Chile, visitar virtualmente la primera sinagoga de Chile y los primeros pasos de la comunidad de Temuco. Nuestro objetivo principal es destacar la diversidad de orígenes y tradiciones de nuestra comunidad.¿Cuál es el objetivo fundacional del Museo y cómo ha evolucionado en esta década?El objetivo es contar nuestra historia en primera persona y mostrar con orgullo quiénes somos. Más que cambiar, nuestra misión se ha vuelto más urgente ante el aumento del antisemitismo y la desinformación. Ajenos a nuestro pueblo, creen saber mejor que nosotros quienes somos, qué pensamos o cuáles son nuestras intenciones. Esto, lamentablemente, conlleva a teorías conspirativas. El Museo cumple un rol clave para contrarrestar estos prejuicios generalizados.Impacto educativo y visitas escolares¿Qué tipo de establecimientos participan más y cómo miden el impacto de las visitas?El 80% de nuestros visitantes son estudiantes de educación media, en especial de colegios particulares subvencionados. A esto se suman universitarios, grupos religiosos, Carabineros, ONGs, entre otros.Medimos nuestro impacto por la fidelización de colegios que vuelven cada año, que superan actualmente el 50% de los establecimientos que recibimos. Tenemos evidencia de que, para muchos, el paso por el Museo es el primer encuentro con el mundo judío y que efectivamente logramos cambiar percepciones. Hemos recibido colegios cuyos profesores vinieron como estudiantes y que desde entonces añoraban ejercer para venir con sus alumnos. Hemos recibido a amigos de la comunidad que reportan haber conocido colegas que vinieron al Museo “cuando chicos” y que por eso tienen un mayor aprecio hacia nuestra cultura.Son pocos los museos judíos en el mundo que albergan bajo el mismo techo la historia del pueblo judío en general, de la comunidad local y del Holocausto, ¿quiénes han sido sus colaboradores más destacados?Desde el inicio quisimos contextualizar y no centrarnos solo en la Shoá. Nuestra historia es mucho más que eso. En la primera etapa colaboró la Universidad Hebrea de Jerusalem. Para la segunda etapa, con la nueva muestra, trabajó un equipo interno que comprendía a fondo a nuestras audiencias y que cuentan con experiencia de trabajo en Yad Vashem, estudios en sociología y museografía; y también recibimos material del Museo del Holocausto de Buenos Aires y de Curitiba, logrando una experiencia orientada al público latinoamericano.Proyección y vínculo con la comunidad¿Cómo celebrarán sus 10 años y cómo se proyectan a futuro?Como parte del lanzamiento de nuestro décimo aniversario, realizamos la avant premier de la película “A Real Pain” y hemos continuado con una serie de exposiciones y eventos conmemorativos a lo largo del año. Esperamos cerrar este ciclo con la inauguración de la nueva muestra dedicada a la historia de los judíos en Chile, que reafirme nuestro rol como referente cultural y educativo. Para esto estamos levantando fondos.Mirando hacia adelante, queremos que las futuras generaciones sigan descubriendo el valor de la memoria y vivan con orgullo su identidad, celebrando también la del otro. Nos proponemos redoblar esfuerzos en la lucha contra el antisemitismo, fortaleciendo alianzas que nos permitan construir una mejor sociedad para todos. Para lograrlo, necesitamos que más personas se sumen a nuestra misión —trayendo a sus colegios, colegas y amigos, donando y participando activamente—, porque este trabajo solo es posible si lo hacemos juntos.¿Qué mensaje le darían a la comunidad sobre la memoria y la identidad?La memoria y la identidad son pilares del futuro. La historia del pueblo judío en Chile está marcada por la resiliencia y el compromiso con Israel. Reafirmar nuestra identidad es abrirnos al diálogo, no encerrarnos. Debemos contar nuestra historia con orgullo. Invitamos a todos a sumarse, porque la memoria es un acto colectivo de dignidad y continuidad.

    Recuperan en Gaza los cuerpos de tres rehenes

    Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), en conjunto con el servicio de inteligencia Shin Bet, anunciaron la recuperación de los cuerpos de tres rehenes asesinados por Hamás y llevados a Gaza tras la masacre del 7 de octubre de 2023. Las víctimas identificadas son Ofra Keidar, de 71 años, residente del kibutz Be’eri; Yonatan Samerano, de 21 años, de Tel Aviv; y Shay Levinson, de 19 años, sargento del Cuerpo Blindado de las FDI, con ciudadanía israelí y francesa.Los tres fueron secuestrados durante el brutal ataque perpetrado por Hamás y sus cuerpos fueron hallados tras 625 días de cautiverio. La operación, llevada a cabo con base en inteligencia precisa, permitió también devolver los restos a sus familias para un entierro digno.El primer ministro Benjamín Netanyahu expresó su pesar y destacó la labor de las fuerzas israelíes, reiterando su compromiso de traer a todos los rehenes de vuelta. Las familias, por su parte, agradecieron la acción pero también demandaron con urgencia la liberación de los cerca de 50 rehenes que aún permanecen en manos de Hamás.Las FDI subrayaron que estas operaciones conllevan un gran riesgo y que continúan trabajando sin descanso. Este hallazgo se suma a otros esfuerzos por parte de Israel por recuperar a sus ciudadanos, vivos o muertos, en un conflicto que ya lleva casi dos años de secuestros, tensiones y negociaciones sin avances concretos para un alto el fuego duradero.

    Un llamado de atención de la ONU al Gobierno de Chile

    La Comunidad Judía de Chile lo ha señalado en reiteradas ocasiones: el presidente Gabriel Boric ha demostrado, desde su etapa como diputado, una actitud hostil hacia los judíos del país. Son ampliamente recordados episodios como el regalo de una miel devuelto con desdén, la negativa a conceder la nacionalidad por gracia al rabino Eduardo Waingortin y una desafortunada declaración en una entrevista organizada por la Comunidad cuando era candidato presidencial.Esta actitud no cambió con su llegada a La Moneda. Boric es el único mandatario que no ha recibido formalmente a las autoridades comunitarias, y ha sostenido una postura que va más allá de una legítima crítica al Estado de Israel, creando un ambiente propicio para que otros sectores reproduzcan cuestionamientos y hostilidades hacia los judíos de Chile.En efecto, cuando la máxima autoridad del país adopta una postura discriminatoria, se abre la puerta para que otros justifiquen discursos y acciones que atentan contra la fraternidad y cohesión social. A los hechos de vandalismo, que fueron denunciados ante las instancias correspondientes, se suman expresiones de odio en plataformas digitales. Un reciente informe del Congreso Judío Latinoamericano, que analizó más de 126 millones de publicaciones en X, Facebook, YouTube, Google y otros medios, confirmó que el antisemitismo digital está en alza. En X, por ejemplo, los mensajes antisemitas aumentaron un 19,64%, pero en Chile el incremento alcanzó un 23,89%.En este contexto, la advertencia emitida por la relatora especial de la ONU para la libertad de religión o de creencias, Nazila Ghanea, apunta directamente al presidente Boric, advirtiendo sobre el “posible aumento” de actos antisemitas en el país.En una carta fechada el 24 de marzo de 2025, la relatora expresó su “profunda preocupación” ante una serie de incidentes de vandalismo, hostigamiento y amenazas contra personas e instituciones de la comunidad judía en Chile desde octubre de 2023.Ghanea señala que estos hechos han generado “una atmósfera de miedo entre la comunidad judía” y advierte que los actos vandálicos han servido para “identificar a la comunidad judía con el Estado de Israel y su acción militar en Palestina”.Entre las acciones del presidente Boric respecto a Israel destacan: la postergación de la entrega de credenciales diplomáticas del embajador Gil Artzyeli, el retiro del embajador y agregados militares de Chile en Israel, con la consiguiente falta de atención a los más de 10.000 ciudadanos chilenos residentes en Israel y la innecesaria tensión con EE.UU., la exclusión de Israel de FIDAE, reiteradas condenas a Israel en sus redes sociales (la mayoría omitiendo los ataques terroristas de Hamás), y la insinuación sobre un eventual quiebre de relaciones diplomáticas, tema que tensionó su cuenta pública de 2025.La respuesta oficial del Gobierno de Chile a la carta de la relatora Ghanea —emitida recién en mayo por medio de su misión diplomática en Ginebra y la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores— se limita a señalar que “aún se encuentra en proceso de recopilación de antecedentes”, sin establecer plazos, medidas urgentes ni emitir condenas públicas a los actos antisemitas.La relatora enfatiza que la ausencia de condenas públicas por parte de funcionarios representa un incumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (ratificado por Chile en 1972), que impone al Estado la obligación de proteger a los grupos vulnerables frente a toda forma de discriminación o violencia.Estamos ante un hito preocupante: por primera vez, el sistema internacional de derechos humanos advierte formalmente sobre una campaña antisemita sostenida en Chile. ¿No resulta paradójico que, mientras el Estado enarbola la bandera de los derechos humanos en el mundo, se descuide a una minoría en el propio territorio?La relatora Ghanea subraya que Chile tiene la responsabilidad legal de proteger a las minorías religiosas frente a patrones de violencia, investigar con diligencia los delitos de odio y combatir cualquier incitación a la discriminación por motivos religiosos.Por ello, es urgente una condena explícita del antisemitismo por parte de las más altas autoridades del país, porque cuando se permite, toda la democracia entra en peligro. El antisemitismo no es solo un problema de los judíos, es más bien un indicador del estado de la democracia. Cuando una comunidad se convierte en blanco de odio, ese mismo odio puede volverse contra cualquiera.Las autoridades deben comprender que los derechos humanos comienzan en casa. Ignorarlo no solo pone en riesgo a una minoría: pone en entredicho la democracia misma.

    William Nordhaus, Premio Nobel de Economía

    William Nordhaus nació en Nuevo México el 31 de mayo de 1941, hijo de Virginia Riggs y Robert J. Nordhaus, quién provenía de una familia judía alemana. William Nordhaus se graduó de la Academia Phillips en Andover; posteriormente recibió su licenciatura y maestría de Yale en 1963 y 1972, respectivamente. También posee un Certificado del Institut d’Etudes Politiques (1962) de París y un doctorado del MIT (1967). Fue profesor visitante de Cambridge en 1970-1971. Ha sido miembro del profesorado de Yale desde 1967, tanto en el departamento de Economía como en la Escuela de Medio Ambiente. Nordhaus también se desempeñó como rector de la institución entre 1986 y 1988 y como vicepresidente de finanzas y administración entre 1992 y 1993. Ha sido miembro del Panel de Brookings sobre Actividad Económica desde 1972. Durante la administración Carter, entre 1977 y 1979, fue miembro del Consejo de Asesores Económicos. Fue elegido miembro de la Sociedad Filosófica Americana en 2013 y se desempeñó como presidente de la Reserva Federal de Boston entre 2014 y 2015. Vive en New Haven, Connecticut, con su esposa Barbara.Nordhaus es autor o editor de más de 20 libros. Una de sus primeras obras es el popularísimo libro “Economía”, coescrito con Paul Samuelson. El libro se publicó por primera vez en 1948 y ha aparecido en diecinueve ediciones y diecisiete idiomas. También ha escrito varios libros sobre el calentamiento global y el cambio climático, una de sus principales áreas de investigación. En 1972, Nordhaus, junto con su colega James Tobin, publicó “¿Es obsoleto el crecimiento?”, un artículo que introdujo el Índice de Bienestar Económico Sostenible como el primer intento de desarrollar la contabilidad ambiental. Es el creador de modelos de evaluación integrados de la interacción entre la economía, el consumo de energía y el cambio climático. En “Reflexiones sobre la economía del cambio climático” (1993), escribe: “La humanidad está jugando a los dados con el medio ambiente natural a través de una multitud de intervenciones: inyectando en la atmósfera gases traza como los gases de efecto invernadero o los productos químicos que agotan la capa de ozono, diseñando cambios masivos en el uso de la tierra como la deforestación, agotando multitud de especies en sus hábitats naturales mientras crea especies transgénicas en el laboratorio, y acumulando suficientes armas nucleares para destruir civilizaciones humanas”. Entre muchos honores, es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, de la Sociedad Filosófica Estadounidense y miembro electo de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias. Ha sido miembro extranjero de la Real Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniería desde 1999. Fue galardonado con el Premio Daniel Patrick Moynihan de la Academia Estadounidense de Ciencias Políticas y Sociales en 2020. Nordhaus recibió el Premio Nobel de Economía en 2018, premio que compartió con Paul Romer. La Real Academia Sueca de Ciencias reconoció específicamente sus esfuerzos por desarrollar un modelo de evaluación integrado, es decir, un modelo cuantitativo que describe la interacción global entre la economía y el clima. Su modelo integra teorías y resultados empíricos de la física, la química y la economía. El modelo de Nordhaus está ampliamente difundido y se utiliza para simular la coevolución de la economía y el clima. 

    Impactos económicos de la guerra

    Si bien hoy respiramos un poco más aliviados por el cese al fuego en la guerra contra Irán, los costos en que se ha incurrido son especialmente altos. Es lo que hubo que pagar de forma de contener la amenaza de Irán, a propósito de su programa nuclear. Fanáticos islamistas con poder de fuego son un peligro no solo para Israel, sino que para el mundo entero. Como bien señaló el Canciller alemán, Israel ha hecho el trabajo sucio. Es probable que la mayoría de los líderes occidentales comparten esa mirada, aunque la esconden. Al estallar la guerra advertimos impactos sobre el precio del petróleo, que alcanzó a subir casi 15%, al tiempo que los inversionistas tomaron posiciones en activos de refugio, como son bonos de países desarrollados y oro. De cualquier manera, los efectos fueron más bien acotados, entendiendo que los temores de una escalada regional no se materializaron. La preocupación principal estuvo en un eventual cierre del estrecho de Ormuz, lugar por el que cruza el 20% del petróleo del mundo, pero que EE.UU. se abocó en contener a través de amenazas de un involucramiento mayor. Irán, además, no es hoy un actor demasiado relevante en la producción de petróleo, como lo fue en el pasado. Representa cerca de solo el 3% de la producción mundial, derivado de las sanciones que pesan sobre este país desde hace casi veinte años. Tras el anuncio de cese del fuego, la respuesta de los mercados ha sido positiva, con descensos importantes en el precio del petróleo, alzas en bolsas y una menor volatilidad. Se lee en lo último un mejor ánimo en los mercados, previéndose que el precio del petróleo vuelva a valores en torno a 60 US$/b, similar a lo observado hasta antes del conflicto.Los efectos sobre la economía israelí han sido, de cualquier forma, cuantiosos. A ello se debe sumar la dolorosa pérdida de vidas inocentes. El solo hecho de tener semi-paralizado al país durante 12 días, significó un costo aproximado de US$ 10 mil millones. Debemos además considerar el uso de armamento altamente sofisticado y la activación de los mecanismos de defensa. De acuerdo al Wall Street Journal, el costo en esta materia es de US$ 200 millones diarios, lo que totaliza US$ 2,4 mil millones para el período de guerra. El costo económico total, entonces, habría superado los US$ 12 mil millones, equivalentes a 2% del PIB de Israel. El turismo, por su parte, que representaba cerca del 3% de los ingresos del país, tardará un largo tiempo en recuperarse, lo que también golpea de forma relevante a la economía. Sin embargo, empujado por el sector tecnológico, la recuperación será rápida. Israel dio muestras de desarrollos muy sofisticados en materia militar y de comunicaciones, por lo que varios países que se perciben amenazados por sus vecinos, se verán muy complacidos de poder contar con estas tecnologías de punta para su propia defensa.